Día 1 después del empate ante el Cádiz. El Real Oviedo se pone manos a la obra para iniciar la 'operación ascenso', que pasa por empatar como mínimo a un gol o ganar en el Ramón de Carranza. Cualquier otro marcador obligaría a los asturianos a tener que disputar dos eliminatorias más para alcanzar la categoría de plata.

Diego Cervero fue de manera casi imprevista el héroe del conjunto ovetense, al firmar un gol que vale su peso en oro y que mantiene vivo a su equipo de cara al segundo asalto. El delantero puso en práctica su mejor especialidad, los remates de cabeza, y lo hizo con garra y rabia como sacando el testarazo del corazón. Al acabar el encuentro del Carlos Tartiere, el jugador fue el más requerido por los aficionados y por los medios de comunicación. Es un futbolista muy querido en la capital asturiana, en cuyo equipo cumple su tercera campaña consecutiva en su segunda etapa como azulón.

En la prensa local, Cervero no le pone un pero a su equipo, saca pecho por amor a unos colores y máxima credibilidad en un proyecto. "El Oviedo fue un Oviedo de verdad, que mostró mucha ilusión. Ante un gran rival, nosotros creímos en lo nuestro, en lo que hacemos siempre, jugamos a lo que jugamos todo el año", señala el ariete que aprieta los dientes antes de afirmar que "el equipo puede morir, pero, si muere, muere matando".

El del pasado domingo fue el séptimo tanto anotado por el jugador asturiano en la presente campaña; seis en la fase regular y uno en el recién estrenado play-off. Pero la celebración de Cervero fue diferente en esta ocasión. En sus gestos se vio la rabia de un jugador que esta campaña ha sido titular sólo en una ocasión, que ha disputado minutos sueltos pero que no pierde la ilusión cada vez que Sergio Egea le reclama para salir a jugar. "Llevo mucho tiempo esperando tener buenos momentos y hay que ser muy positivos. Es un gol de los veinte jugadores y todo lo que rodea al club es muy grande".

Cervero se queda para él, como un tesoro, lo vivido antes y durante el encuentro. "Desde que salimos del hotel hasta que llegamos, fue de las cosas más impactantes que he vivido en mi vida. Fue tremendo el apoyo que nos brindaron en el campo y creo que hizo que fuéramos superiores en esta eliminatoria en cuanto a juego e ilusión, no en cuanto a resultado".