Uno tenía que tocar entre Nástic de Tarragona, Huesca y Real Oviedo y el caprichoso destino coloca al conjunto asturiano en el camino del Cádiz en la dura batalla directa por el deseado ascenso. A estas alturas de la película, en el desenlace de la temporada, no hay enemigo pequeño. Todo lo contrario. El rival es quizás el obstáculo más duro que se podía podría cruzar en el sólido trayecto del conjunto amarillo, aunque lo mismo se puede decir a la inversa. Al Oviedo se le pone por delante un equipo, el gaditano, que atesora sobrados argumentos para imponerse a cualquier adversario. No hay favorito. Los dos parten con las mismas opciones. Los dos se respetan al máximo. Los dos confían en sus posibilidades. La eliminatoria está al 50 y el que esté más acertado en la doble cita será el que consiga el premio mayor que tanto ansían.

El partido de ida se disputará el próximo domingo, día 24, en el estadio Carlos Tartiere a partir de las cinco de la tarde. La vuelta, justo una semana más tarde, (el domingo 31), en el Ramón de Carranza a las seis de la tarde. Los dos estadios serán una olla a presión porque si por algo se caracterizan ambos equipos es por tener una fiel y numerosa afición que empujará de lo lindo desde la grada. El club carbayón cuenta con más de 16.000 abonados y la entidad cadista, con más de 10.500. Además de los poseedores del carné, en ambos casos cuentan con el aliento de más hinchas que no se perderán un duelo a vida o muerte.

Será la primera vez que ambos equipos se enfrenten en Segunda B y en una ronda en pos del ascenso. Si el Cádiz obtiene un buen resultado en la ida, se jugará el ascenso en casa bien rodeado de miles de aficionados. Una de las claves, por tanto, pasa por estar a la altura y salir con vida de la caldera que será el Tartiere.

El sorteo ofrece una eliminatoria de alto voltaje entre dos históricos del fútbol español que tratan de recuperar de una vez el sitio perdido años atrás. Uno de los dos celebrará su regreso a Segunda A el último día de mayo y al que pierda le quedará como consuelo que al menos seguirá vivo en la pelea porque ser campeón de grupo otorga el privilegio de disponer de una segunda oportunidad.

El sorteo de la fase de ascenso, celebrado en la tarde de ayer en el salón de actos Luis Aragonés de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), deparó un auténtico choque de trenes entre los considerados a priori como los dos principales candidatos al ascenso. La bola del Cádiz fue la última en salir de los cuatro campeones, justo después de la del Oviedo, ambas extraídas por el presidente del Hércules, Valentín Botella. El máximo mandatario Nástic, Josep María Andreu, había sacado antes las bolas del Huesca -la primera- y la de su club. La entidad cadista estuvo representada en la sede de la RFEF, en Las Rozas (Madrid), por los consejeros Fran Canal y Jorge Cobo. Nada más conocer el rival, saludaron al presidente del Oviedo, Jorge Menéndez y mantuvieron una reunión para acordar los detalles de la eliminatoria: horarios, entradas...

El duelo entre Oviedo y Cádiz es el no va más en la división de bronce. Es como si se enfrentaran el Real Madrid y el Barcelona pero a escala de Segunda B. Se cruzan los equipos con mayor presupuesto, dotados de las mejores plantillas, diseñadas con precisión para subir. Se ven las caras el máximo goleador de la temporada en la categoría, el Oviedo, que presenta una tarjeta de 77 tantos, y el que menos dianas ha recibido, el Cádiz, con sólo 24. El Barcelona, flamante campeón de Liga en Primera, es el único conjunto de las principales divisiones que contabiliza menos goles en contra (19).

Si citan sobre el rectángulo de juego los dos conjuntos que más puntos han sumado este curso. El cuadro norteño ha dominado con autoridad el grupo I, del que ha sido campeón con 80 puntos -a sólo dos del récord histórico de Segunda B-. Ningún equipo ha alcanzado esa cifra y el que más se acerca es la escuadra amarilla, ganadora del grupo IV con 76.

En las filas del Oviedo militan dos ex cadistas, Jon Erice y Dioni. En el Cádiz, dos ex oviedistas Oinatz Aulestia y Servando.