Cádiz CF

Una trayectoria impecable

  • El campeón virtual del grupo IV es el equipo de toda la categoría de bronce que más puntos atesora en la segunda vuelta al haber conseguido 36 de los 48 ya disputados

Una segunda vuelta -aún sin concluir- más que brillante ha conducido al Cádiz a lo más alto de la clasificación del grupo IV, con carácter definitivo de facto -aunque no según las matemáticas-, en una carrera meteórica que le convierte en uno de los firmes candidatos para conseguir el deseado ascenso a Segunda División A.

El liderato está tan asegurado que el equipo y afición cantaron el alirón el pasado domingo tras doblegar al Cartagena por 2-0 en un encuentro sin complicaciones. El campeón virtual -casi real en la práctica debido a la abultada diferencia de 25 tantos que lleva sobre el UCAM Murcia en el goal average general- se permite el lujo de terminar la tarea liguera con tres jornadas de antelación porque ha ido haciendo los deberes a lo largo de un 2015 esperanzador. El ascenso esta más cerca, pero ahora queda lo más difícil, el duelo entre los mejores.

El conjunto amarillo finalizó la primera vuelta ubicado en la segunda posición con sólo tres puntos menos que el UCAM, entonces dominador del grupo aunque sin los ocho de ventaja que había llegado a disponer sobre el máximo favorito. De la mano de Claudio Barragán, que se estrenó en el banquillo en la 15ª jornada en sustitución de Antonio Calderón, el Cádiz ya había iniciado la remontada, culminada el pasado 11 de febrero cuando se colocó al frente de la tabla tras imponerse al Jaén. La clave del asalto al liderato radicó en la fiabilidad de un equipo que si por algo se caracteriza es por la intensidad que pone en cada partido. Presión y pegada son las señas de identidad de un conjunto que tiene la oportunidad de hacer historia en el club. El arranque del año -final de la primera vuelta y comienzo de la segunda- fue aplastante. Ningún rival, ni siquiera el todavía líder en aquel momento, podía aguantar el ritmo desenfrenado de un Cádiz desmelenado que encadenaba siete triunfos consecutivos (frente a Arroyo, Betis B, La Roda, Marbella, Granada B, Jaén y el propio UCAM).

La racha victoriosa coincidía además con la explosión goleadora de Jona, que marcaba en seis de esos encuentros y se situaba como pichichi del grupo. El malagueño, con tela que cortar todavía, acumula 18 goles y afronta el reto de romper la barrera de la veintena.

Mientras el cuadro gaditano no se cansaba de producir puntos cada fin de semana, como un martillo pilón, el equipo universitario, que al principio resistía de forma titánica, acababa por desinflarse y dejaba la vía expedita a una escuadra que ya no se iba a bajar de la cima. El Cádiz se agarró al trono en el 24º capítulo liguero y desde entonces gobierna con mano de hierro. Lleva 12 jornadas a los mandos del grupo, que serán 15 cuando concluya el campeonato. No sólo rebasó al UCAM, sino que se permitió la licencia de sacarle una diferencia de nueve puntos que le sirven para ser un campeón prematuro y dejar a un lado lo que queda de Liga para centrarse en la fase de ascenso, el auténtico objetivo.

Cuando los hombres de Claudio dejaron encarrilada la Liga, llegó un ligero bajón que propició una cadena de tres partidos sin ganar (empates ante El Palo y la Balona y derrota contra el Lucena). Nada grave más allá de las preocupantes sensaciones en el juego y una dinámica negativa frenada de raíz gracias al triunfo sobre el Cartagena. La plantilla se había conjurado para sacar adelante ese partido y ponerle el candado a la Liga. Tan sobrado iban los amarillos en las últimas semanas -ayudados por la evidente bajada de brazos del UCAM-, que eligieron dónde y cuándo querían ser campeones.

Todo lo que pase desde ahora hasta el último capítulo liguero ya no tiene trascendencia en la clasificación para el líder. En las 16 jornadas disputadas de la segunda vuelta, las que ha necesitado el Cádiz para quedar campeón, el conjunto entrenado por Claudio Barragán ha sido el mejor equipo de toda la Segunda División B. Con una trayectoria de 11 victorias, tres empates y dos derrotas, es el que más puntos ha sumado, 36 de los 48 dirimidos (un 75%), al igual que el Nástic de Tarragona, campeón del grupo III, aunque los amarillos presentan un mejor balance goleador tras marcar 29 y recibir 8 (un saldo favorable de 21), mientras que los granas se quedan con un bagaje positivo de 16 gracias a las 26 dianas anotadas y las 10 recibidas. El Oviedo -líder del grupo I- es el tercer mejor equipo de la segunda vuelta con 33 puntos, uno más que Huesca -primero del grupo II- y Murcia -segundo del I-, que atesoran 32.

Los números de la segunda vuelta colocan al Cádiz en una situación óptima para tratar de volver a la categoría de plata a finales del próximo mes de mayo o, como mal menor, el último fin de semana de junio. Dos oportunidades que el club no puede dejar escapar porque en juego hay mucho más que un éxito deportivo.

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