"Las rotaciones salen a la palestra cuando los resultados no son buenos, pero yo he venido aquí para conseguir récords y sí para lograr el ascenso". El entrenador del Cádiz, Claudio Barragán tiene las ideas muy claras y ayer anunciaba que seguirá haciendo rotaciones en el equipo "porque tengo que gestionar un grupo para llegar bien" al momento clave de la temporada, señalaba en la rueda de prensa previa al encuentro contra el Cartagena ofrecida en la Ciudad Deportiva de El Rosal a la conclusión de la sesión matutina.

Eso no significa, ni mucho menos, que el conjunto amarillo renuncie a la victoria en los partidos de Liga que restan hasta el final. Además, todavía debe certificar su condición de campeón de manera matemátic. El técnico defendía la necesidad de hacer cambios en el equipo. "Las rotaciones se hacen en beneficio del grupo, en una plantilla como la nuestra hay que hacerlas, el nivel que hay es similar".

El preparador cadista reconocía que los enfados por los últimos resultados adversos "se pasan enseguida. A nadie le gusta perder y es normal que haya malestar", explicaba antes de apresurarse a hacer un guiño a la hinchada, que está llamada a desempeñar un papel fundamental en el tramo decisivo del curso. "Nos sentimos afortunados por tener la afición que tenemos y en ella hay que apoyarse, eso nos tiene que dar tranquilidad".

El valenciano valora lo realizado hasta la fecha por el equipo. "Lo difícil es hacer lo que hemos hecho, hemos conseguido llegar a estas alturas de la temporada de esta forma -líder con nueve puntos de ventaja sobre el segundo clasificado- y eso es importante".

La plantilla ha trabajado esta semana, entre otras cuestiones, en la corrección de errores cometidos en los partidos. "Siempre lo hacemos, aunque hayamos ganado 3-0. Sabemos por qué recibimos los goles el otro día -en alusión a los tantos marcados por el Lucena-.

El Cádiz domina con holgura el grupo IV de Segunda B desde hace varias semanas y los marcadores negativos llegan cuando el equipo no está necesitado de victorias. El técnico indicaba al respecto que "a veces, de manera inconsciente, hay una tendencia a la relajación, hay que estar encima del grupo para que eso no ocurra. Tenemos que ser ambiciosos para entrar en una buena dinámica".

La lesión de Óscar Rubio supone un contratiempo por la baja del jugador y por el hecho de que "tengamos que trastocar los planes, veremos si colocamos ahí a Mantecón. Puede haber algún percance y hay que gestionar las rotaciones. Óscar evoluciona bien, aunque es una lesión traicionera -rotura en un gemelo en el calentamiento precio al duelo con el Lucena-. Son como mínimo cuatro semanas de recuperación y está en buenas manos con los médicos, fisios y recuperadores".

La posibilidad de que en un momento determinado se produzca alguna baja es lo que lleva al míster a hacer las susodichas rotaciones. Claudio no escondía que la preocupa que pueda haber lesiones -ya le pasó en la Ponferradina- y por ello "hay que intentar que la gente tenga minutos, estamos mirándolo todo". El objetivo es que todos los componentes del plantel lleguen rodados a la fase de ascenso por si tienen que participar en cualquier instante.

Por lo demás, aseguraba que el equipo "está bien" en el aspecto psicológico. "Tenemos que ser optimistas, con energía positiva, a quién no le gustaría estar en la situación del Cádiz.Supongo que habrá habido críticas por los últimos resultados y eso es algo que hay que aceptar. No es que esté en desacuerdo, pero tenemos que apartarnos de la corriente negativa y valorar el esfuerzo que está haciendo el equipo para llegar hasta aquí". Eso sí, no negaba que "cuesta hacer ver al futbolista que no hay que bajar el pistón. Nunca bajo el nivel de exigencia". La fase de ascenso será otra historia bien distinta. "Ahí no hará falta motivar al futbolista", añadía el entrenador.

Afirmaba Claudio que "no me gustan las estadísticas", al tiempo que recordaba que los encuentros "no se gana con talento, sino con esfuerzo".

Preguntado por el play-off, el entrenador del Cádiz se negaba a ir más allá del inmimente partido contra el Cartagena. "No podemos desviar la atención de lo que tenemos ahora por delante. Sólo miro el rival del domingo, que será como el Lucena, herido por su situación -a nivel deportivo y económico-, que lo está pasando mal y eso muchas veces une. Tirará de orgullo y seguro lo pondrá difícil, con muchos jugadores detrás del balón. Tenemos que dar lo mejor de nosotros para buscar la victoria".