Queda todavía poco más de un mes para el comienzo de la definitiva batalla por el ascenso y ya empiezan los problemas. Óscar Rubio estará al menos tres semanas de baja y llegará a lo justo al primer envite de la fase de ascenso. Iba a jugar en Lucena pero se lesionó en un gemelo mientras calentaba antes del encuentro. Se tuvo que retirar del césped con fuertes dolores -ayudado por integrantes del cuerpo técnico- y estaba en reposo a la espera de las pertinentes pruebas médicas, efectuadas en la tarde de ayer. El parte ofrecido por el club explicaba que el jugador sufre una pequeña rotura en el gemelo de la que ya ha comenzado a ser tratado por el cuerpo médico.

No especificaba la entidad cadista el tiempo aproximado de inactividad del futbolista y se limitaba a señalar que el lateral derecho "podría estar unas cuantas semanas de baja".

En el club indicaban que el plazo de recuperación "puede variar en función de la evolución de la rotura". Ponía como ejemplo el caso de Jon Ander Garrido, en el que "los recuperadores y cuerpo médico cadistas consiguieron acortar los plazos". El vasco disputó los 90 minutos del encuentro contra el Lucena.

En el Cádiz hay optimismo y esperan que el zaguero esté disponible para volver a jugar antes incluso de que acabe la Liga. "Es muy posible que el defensa llegue con garantías al final del campeonato y a las eliminatorias por el ascenso", indicaba el club en el comunicado que lanzó a última hora de la tarde de ayer para da cuenta del estado físico del leridano.

A tenor de la información facilitada por el Cádiz, todo apunta a que Óscar Rubio estará un mínimo de tres semanas de baja y se perdería, en principio, los compromisos contra Cartagena, Córdoba B y Villanovense, un contratiempo menor en el supuesto de que sólo son esos tres enfrentamientos si se tiene en cuenta que el conjunto amarillo ya tiene casi atada la primera plaza del grupo IV. Si evoluciona de manera favorable, quizás pueda estar listo para disputar unos minutos en el choque contra el Arroyo correspondiente a la última jornada del torneo liguero, una semana antes de que empiece el play-off en busca del salto a Segunda División A.

En caso contrario, si su evolución no es la esperada, su participación en el partido de ida de la eliminatoria entre campeones correría peligro. Si llega al estreno de la fase de ascenso sería un poco justo de tiempo, porque después del periodo de inactividad necesitaría coger el tono adecuado para poder competir a tope.

Es la segunda lesión que sufre Óscar Rubio a lo largo de la campaña. La primera, un desgarro en un abductor, se la produjo el pasado 15 de octubre de 2014 en el duelo de la Copa del Rey ante la Balona y no volvió a jugar hasta casi tres meses más tarde, cuando dispuso de algunos minutos en el choque contra el Betis B -el 11 de enero- en el primer partido de la segunda vuelta. El ex del Alavés había cogido el ritmo competitivo y el tono físico adecuado y era uno de los fijos en las alineaciones hasta que de nuevo cayó lesionado en Lucena.

La conocida como Ley de Murphy -aquella que dice que si algo puede salir mal saldrá- se cumple a rajatabla porque la de lateral derecho es la única posición que no tiene recambio natural en la plantilla cadista. El club conocía de sobra la carencia en ese puesto pero no consideró necesario reforzarlo en el mercado de invierno. Esa falta de previsión deja huérfano el costado derecho y ahora se abre un periodo de incertidumbre hasta que no se sepa con certeza si el catalán llega en condiciones óptimas a los partidos por el ascenso.

El club llegó a tener otros dos laterales derechos como recambio, pero ninguno llegó a estrenarse con el primer equipo de manera oficial.

El primero fue el ghanés George, que hizo la pretemporada con el Cádiz, jugó con el filial los primeros choques ligueros en Tercera División pero luego desapareció del mapa. El africano, de 21 años, se fue a su país a solucionar unos asuntos burocráticos y ya no regresó a la entidad cadista. Cuando volvió a España fichó por el Zaragoza, que lo cedió al Villanueva (de la Tercera de Aragón).

El Cádiz se movió y en noviembre se hizo con los servicios de Juanan para que jugara en el B con el compromiso de que se incorporaría al primer equipo en el mercado de invierno, pero al final no le hicieron hueco y se marchó. El hecho de no ser sub'23 fue un obstáculo insalvable y el club no quiso hacer ningún descarte para abrirle la puerta de entrada.

Claudio Barragán ha apostado por Mantecón en el lateral derecho cuando Óscar Rubio no ha estado disponible. El madrileño es, por tanto, el principal candidato para ocupar una posición que no es la suya, como se apreció en Lucena y en otros partidos en los que se vio superado por velocidad.