La buena nueva en la vuelta del Cádiz a los entrenamientos es que los 19 futbolistas que integran la plantilla están a disposición de Claudio Barragán. Los tres jugadores que andaban con problemas físicos de diversa índole se ejercitaron ayer con normalidad. Juan Villar, Nacho Navarrete y Jon Ander Garrido no participaron el pasado fin de semana en el choque contra la Balona aunque el medio vasco fue suplente y el onubense no llegó a entrar en la convocatoria por prudencia. En el caso del chileno, en una sesión desarrollada hace justo dos semanas sufrió un golpe del que le está costando recuperarse del todo y quizás tampoco esté presente en el encuentro contra el Lucena porque tampoco es necesario forzar.

Llegados a este punto de la temporada, en el que el Cádiz tiene casi asegurada la medalla de oro del grupo IV -dispone de cinco jornadas para sumar los seis puntos que necesita en el caso de que el UCAM Murcia gane todos sus partidos-, la prioridad es que todos los jugadores estén en condiciones óptimas para afrontar la definitiva fase de ascenso. No hay motivos para correr riesgos innecesarios, aunque también hay peligro de pérdida de ritmo competitivo. El ejemplo más claro es el de Garrido, lesionado el pasado 1 de marzo en el encuentro contra el Melilla. Desde entonces apenas ha participado, ya que reapareció a finales del mes pasado en el duelo contra el Almería con 23 minutos en la recta final de los que salió con una sobrecarga que le obligó a parar de nuevo. El vizcaíno lleva mes y medio casi sin competir y, en el momento que esté listo, necesita minutos para meterse de nuevo en faena.