Cádiz CF

El gol, una cuestión de rachas para los delanteros

  • Jona consigue ver puerta de nuevo después de casi un mes y Airam Cabrera trata de recuperar el olfato tras el último tanto que marcó el 22 de febrero contra La Hoya Lorca.

La victoria es el mayor premio que puede conseguir un equipo que enfoca toda su preparación hacia ese objetivo siempre irrenunciable. Cuando el reto colectivo se convierte en realidad, después llegan los balances individuales, aquellos que afectan a las prestaciones que son capaces de ofrecer cada futbolista, que también tienen su importancia. La labor de un conjunto se soporta sobre los cimientos del trabajo común de todos sus componentes y en el elemento añadido del acierto personal de cada uno de ellos. Así es como termina llegando el éxito. En el caso de los delanteros, después del triunfo, jueguen mejor o peor, nada les hace más felices que marcar un tanto. El máximo anotador del grupo IV, Jona, llevaba tres partidos sin celebrar un gol hasta que el pasado sábado se apuntó su 17ª diana de la temporada en el minuto 78 del encuentro contra el Almería B. El malagueño, ubicado en el corazón del área, recibió un pase de Kike Márquez y no perdonó, solo delante del cancerbero, para firmar el tercero del Cádiz, que certificaba una nueva victoria con la que sentirse aún más cómodo en el liderato.

Por una causa o por otra, Jona acumulaba casi un mes sin ver puerta en una clara demostración de que el gol es una cuestión de rachas. Después de enseñar el camino de un trabajado triunfo contra el Melilla con un tanto de penalti en el tramo final del encuentro (en el minuto 78 también) disputado el pasado 1 de marzo, tuvieron que pasar 27 días para que el ariete viviese un reencuentro con el gol que siempre deja un dulce sabor. Unas molestias en una pierna le impidieron vestirse de corto en el choque contra el Cacereño, y en el posterior compromiso frente al Sevilla Atlético empezó en el banquillo y salió en la segunda parte, con menos tiempo de lo habitual para buscar la portería contraria. En la visita al campo del San Roque de Lepe regresó al once inicial y disputó la totalidad del partido, aunque no llegó a marcar por muy poco. Protagonizó un lanzamiento al poste y el arquero le sacó un disparo a bocajarro. Oportunidades no le faltaron para ampliar su cuenta anotadora en el campeonato.

Tarde o temprano tenía que marcar y lo hizo por fin en el duelo contra el filial mediterráneo para colocarse ya con 17 'chicharitos', a sólo tres de la veintena, un reto que tiene al alcance de la mano en las siete jornadas que restan más las eliminatorias de la fase de ascenso, que serían dos choques más como mínimo.

Si Jona encuentra el camino de la portería, ahora es Airam Cabrera el que trata de reconciliarse con el gol. Lleva diez en la Liga, una cifra alejada de los 23 que firmó el curso anterior. El último tanto del canario se remonta al pasado 22 de febrero, cuando puso la rúbrica al empate del equipo amarillo en el campo de La Hoya Lorca que adquirió con el paso de las semanas. Desde entonces el atacante perdió continuidad en el equipo no por decisiones del entrenador, sino por motivos disciplinarios. El tinerfeño no pudo participar en dos de los últimos cinco partidos al ser sancionado, una vez por acumulación de cinco amonestaciones y otra por expulsión en el envite ante el Sevilla Atlético, en el que sólo estuvo 20 minutos sobre el césped antes de ver la cartulina roja. Sí jugó el choque completo contra el Melilla pero en la cita del pasado sábado frente al Almería B fue sustituido en el minuto 68. Cuando en la tablilla salió su dorsal, hizo un gesto de desaprobación porque no le sentó nada bien el cambio, quizás porque le falta ese gol con el que calmar la insaciable voracidad que caracteriza a todo atacante. Jona, consciente del mal trago por el pasaba el canario en ese instante, dedicó un excelente gesto a su compañero al correr varios metros hacia él para darle algunas palmadas de ánimo. Una señal del buen ambiente que se respira en el vestuario porque el objetivo del ascenso está por encima de todo lo demás. Como decía hace poco el propio Airam, en el equipo pesa más el 'nosotros' que el 'yo'. Una de las claves de la intachable hoja de servicios que presenta el Cádiz hasta la fecha es que funciona como un equipo con mayúsculas.

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