Cádiz CF

Juan Villar, obligado a parar dos semanas

  • El extremo sufre una pequeña rotura muscular y se pierde los duelos ante El Palo y la Balona Garrido, con una sobrecarga, duda para viajar a Málaga

Disponer de los 19 futbolistas que componen la plantilla del Cádiz para un encuentro de Liga se ha convertido en una misión casi imposible para Claudio Barragán. Cuando no hay un jugador sancionado, alguno cae lesionado, o viceversa. O incluso se dan las dos circunstancias a la vez. El caso es que no son pocas las ocasiones que los descartes en la convocatorias llegan por sí solos debido a obligadas ausencias. En las próximas dos jornadas no podrá contar el técnico con Juan Villar, aquejado de una pequeña rotura muscular, mientras que Jon Ander Garrido vuelve a tener problemas físicos debido a una sobrecarga en el cuádriceps de una pierna. No hay tiempo estimado de baja para el ex del Barakaldo, aunque se trata -a tenor de la información aportada por el Cádiz- de un contratiempo menor que no le debería impedir su pronto regreso a los terrenos de juego.

No son todas buenas las noticias que desprende un líder sólido que ha dejado encarrilada la Liga al cobrar una ventaja de ocho puntos sobre el segundo, el UCAM Murcia, una vez traspasada la línea de la 31ª jornada. La alegría por victoria contra el Almería B no fue completa. La satisfacción en el club por la consecución de un nuevo triunfo se mezclaba con la preocupación reinante por las molestias físicas de dos jugadores de los considerados básicos: Juan Villar y Garrido. El onubense, autor del tanto que abrió el camino del éxito, tuvo que retirarse poco después del comienzo de la segunda parte (en el minuto 54) porque no terminaba de recuperarse de un golpe sufrido en lo albores del encuentro. El vasco, por su parte, finalizaba el partido con dolores en una pierna después de haber saltado al césped en el minuto 68 para reaparecer casi un mes después de su última participación tras haberse dañado una rodilla en el choque contra el Melilla disputado el pasado 1 de marzo. El entrenador, Claudio Barragán, no ocultaba tras el partido su inquietud ante la posibilidad de que el centrocampista se viese afectado por una lesión que le obligase a detener su actividad por un periodo de tiempo inadecuado con la fas de ascenso en un horizonte no muy lejano -quedan menos de dos meses para la disputa de la batalla-.

Ambos jugadores fueron sometidos ayer a pruebas médicas y las lesiones que padecen no son demasiado preocupantes a tenor de la información facilitada por la entidad cadista. Juan Villar sufre una microrrotura en el bíceps femoral que, según el club, podría precisar de reposo durante un par de semanas. "Todo ello dependerá de su evolución en los próximos días", señalaban ayer en el Cádiz. Si se cumple el plazo aproximado de baja, el goleador de Cortegana se perdería como mínimo los compromisos frente a El Palo y la Balona y se supone que podría estar listo, si se recupera en el plazo previsto, para reincorporarse a la competición en el envite frente al Lucena correspondiente al 34º capítulo del campeonato liguero.

En el caso de Garrido, el club informaba de que el medio terminó el encuentro contra el filial almeriense con una sobrecarga fruto del esfuerzo realizado. El norteño volvía a jugar tras la anterior lesión y todo hace indicar que ahora tiene que parar de nuevo en busca de un estado de forma óptimo. En el Cádiz indicaban ayer que la sobrecarga "no impedirá que el mediocentro siga trabajando adecuadamente para alcanzar el tono físico que le permita alcanzar pronto su nivel". Al contrario que en el caso de Juan Villar, la entidad no citaba un periodo estimado de ausencia, por lo que a día de hoy se puede considerar dudosa su participación en la próxima visita al campo de El Palo, un partido que a priori se ajusta como anillo al dedo a las características del futbolista, que destaca por su vocación destructiva en la medular y su capacidad para llegar antes que nadie a los balones aéreos. En un campo de reducidas dimensiones, donde la práctica del fútbol es harto complicada, el juego directo se multiplica y el esférico suele entrar colgado en el área sin solución de continuidad. Y la ayuda a la defensa de un jugador como Garrido se antoja fundamental, sobre todo para un equipo que no sobresale por su altura.

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