Comedido y prudente pero sin poder disimular su satisfacción. Así se mostraba ayer el presidente del Cádiz CF, Manuel Vizcaíno, tras tener constancia de manera extraoficial de lo que hoy será un comunicado en toda regla: la jueza de lo Mercantil María del Castillo Mendaro ha dictado sentencia y firmado el auto de aprobación del convenio de acreedores.

La confirmación de que la entidad será viable al producirse una quita de la deuda ordinaria y quedar ordenados los pagos a los acreedores supone para el dirigente un motivo de orgullo porque "se van cumpliendo los pactos y los plazos que nos marcamos cuando llegamos en cuanto a equilibrar patrimonialmente a la entidad".

Con una perspectiva deportiva que invita al optimismo, ya que el equipo amarillo ostenta el liderato y parece dispuesto a no ceder en su empeño de clasificarse para la fase de ascenso como primero de grupo para de este modo multiplicar sus opciones, la buena nueva administrativa alimenta la ilusión del cadismo, empezando por el dirigente sevillano.

"Como ya dijimos cuando aterrizamos en el club, esto no tiene más salida que el comienzo de un Cádiz grande", afirma, asegurando que "entre todos y aportando todos tenemos que reescribir la historia de esta entidad". Y manda un mensaje a la afición con el convencimiento de que sus palabras no caerán en saco roto: "Hay que dejar atrás el fatalismo y pensar que en el futuro sólo nos quedan buenos momentos que vivir".

Volviendo al convenio de acreedores aprobado, Vizcaíno prefiere no entrar en profundidades que, a su modo de ver, corresponden a la jueza o a la Justicia en una posterior fase de todo el proceso, aún sin concluir. En este sentido, el mandatario cadista obvió pronunciarse sobre la posibilidad de que la magistrada, o quien corresponda -podrían ser los propios acreedores, una vez cerrado el concurso-, exija responsabilidades a los anteriores accionistas mayoritarios de la sociedad: el cordobés Antonio Muñoz, quien siendo presidente optó por la vía concursal tras producirse el descenso a Segunda B en 2010, y el grupo Sinergy, con cuya gestión la deuda aumento de forma considerable.

"Hay que tener mucha cautela y ser respetuosos con la ley, que la tenemos que cumplir todos", recuerda el presidente, que no obstante admite que "dentro de lo que la ética nos dictamine, haremos lo que sea mejor para el Cádiz".