Cádiz CF

Inicio de un nuevo tiempo

  • La jueza de lo Mercantil dicta sentencia de aprobación del convenio de acreedores, que será comunicada hoy a las partes, supone el final del concurso y asegura la viabilidad de la entidad

La jueza magistrada titular del Juzgado de lo Mercantil, María del Castillo Mendaro Dorantes, firmó ayer la sentencia y emitió el auto por el que queda aprobado el convenio de acreedores ordinarios propuesto por el Cádiz CF SAD con sus correspondientes adhesiones ajustadas a la legalidad. La sentencia, que hoy será comunicada a las partes, supone en la práctica la salida del concurso al que se acogió el club en julio de 2010, justo después de consumarse el último descenso a Segunda División B.

La satisfactoria culminación del proceso, que implicará que el consejo de administración de la entidad recupere las facultades patrimoniales que durante los últimos cinco años, originalmente como consecuencia de los incumplimientos de Sinergy, han tenido los administradores concursales, Pascual Valiente, Pedro Pablo Cañadas y José Luis Molina, se antoja el comienzo de un nuevo tiempo. Ahora bien, que nadie se llame al engaño. El horizonte se ha despejado de los nubarrones que se cernían sobre el futuro pero los compromisos adquiridos son, ahora más que nunca, ineludibles. Con la aprobación del convenio, la situación interna se normaliza y la deuda, que se reduce en más de tres millones de euros para quedarse en 10,2, se abonará de forma ordenada. Eso sí, la supervivencia del club está sujeta al cumplimiento de todas las obligaciones.

Un logro con mayúsculas y que obedece al buen hacer de personas, de forma individual y colectiva. Entre los primeros sería injusto no nombrar al consejero Fran Canal, un viejo conocido de la afición que en esta segunda etapa ha llevado a cabo, en la sombra, un trabajo determinante para que el barco llegara a buen puerto. El abogado y economista gallego prefiere quitarse méritos y compartirlos con el presidente, Manuel Vizcaíno, y con todos los que conforman la familia cadista. Pero los hechos están ahí.

Para la aprobación del convenio era requisito indispensable el respaldo legal de al menos el 51% de los 4,3 millones de euros de deuda ordinaria. La fecha tope para conseguir el objetivo era el pasado 22 de diciembre y había que llegar a 2.150.000 euros. El 10 de diciembre sólo se tenía una adhesión por valor de 390 euros. Doce días después se habían alcanzado no sólo las suficientes sino que incluso sobraban por importe de un millón. El 90% de los acreedores ordinarios que podían adherirse lo hicieron, con sólo dos negativas.

Puede parecer que fue coser y cantar, pero nada más lejos de la realidad. Fran Canal y su equipo de trabajo, valiéndose no pocas veces de las puertas que abría Manuel Vizcaíno, tuvieron que obtener las adhesiones una a una. En muchos casos, desplazándose a otras ciudades para la recogida de poderes para evitar retrasos en el envío por correo; en uno en concreto, trayendo a un ex jugador que reside en Alemania; en otro, el caso de Akinsola, buscando embajada en 100 kilómetros a la redonda para legitimar la firma del nigeriano, aunque al final no fue necesario.

La entrada en vigor del convenio está prevista para el próximo 1 de julio y las condiciones para afrontar los pagos de acreedores ordinarios varían en función de la categoría en la que se milite: en Segunda B la quita sería de un 60%, con una carencia de tres años, y se afrontaría el abono en 12 años, a razón de 260.000 euros en cada ejercicio; en Segunda A la quita sería de un 50%, con un año de carencia, y se pagaría la deuda en ocho años, 390.000 euros por temporada; en Primera la quita sería también del 50%, con un año de carencia, y el abono se realizaría en cinco anualidades con una cantidad de 630.000 por curso.

En cuanto a la deuda con acreedores singulares o privilegiados, 6 millones sin quita posible de los que 5,5 corresponden a Hacienda y el resto principalmente a Seguridad Social y Ayuntamiento, el club se muestra optimista respecto al convenio que en breve se va a firmar con Hacienda porque la deuda no se ha incrementado desde 2010 y porque los tres años de carencia en Segunda B o el año si se sube a Segunda A permitirían adaptar el presupuesto y agilizar estos pagos. Y en este sentido, hasta tal punto tendrá importancia que la pelotita entre que, por citar ejemplos, los ingresos de cinco temporadas en Segunda A o tres en Primera equivaldrían a saldar toda la deuda.

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