En el vestuario del Cádiz son conscientes de la dificultad que entraña la recta final de la Liga. Y con más razón después del reciente batacazo que llegó a modo de aviso, cuando todavía hay margen para corregir y no ceder el puesto más deseado. Entrenador y jugadores han expresado en público, en más de una ocasión, que los rivales se juegan la temporada y son más peligrosos ahora que el margen de error queda reducido a la mínima expresión. Ya lo demostró el Sevilla Atlético, necesitado de puntos en su huida de la zona de descenso y al que no le pesó su inexperiencia para hacerle un traje a los amarillos en el que hasta entonces había sido el dulce hogar del líder -primera derrota liguera en casa desde el comienzo del curso-. Una lección que los gaditanos tratarán de asimilar desde esta misma semana para no volver a caer en los errores del pasado domingo. El objetivo es conservar el preciado tesoro del liderato frente al acoso del UCAM Murcia, que sigue a la expectativa a una corta distancia de tres puntos.

Si peligrosos se vuelven los adversarios, no menos debe serlo un equipo amarillo que también se juega la temporada desde una doble perspectiva: la deportiva y la económica. El retorno a Segunda A, cinco después del último descenso, además del retorno de un histórico a la Liga de Fútbol Profesional (LFP), supondría un importante desahogo económico para la entidad que las pasa canutas para mantenerse a flote.

Nueve son los partidos que se separan al conjunto amarillo de la fase de ascenso. El objetivo es llegar al play-off como primero del grupo IV y para ello debe completar un sprint final impecable si el UCAM Murcia no baja el ritmo de zancada en su persecución. Cinco de esas jornadas son a domicilio contra equipos que lucha por la salvación.

Nueve son los rivales que aguardan al Cádiz: San Roque de Lepe, Almería B, El Palo, Balona, Lucena, Cartagena, Córdoba B, Villanovense y Arroyo. Todos están inmersos en la pelea por cumplir sus objetivos. Ninguno de ellos puede respirar tranquilo todavía, como tampoco lo hace un líder obligado a levantarse con rapidez para volver a la senda victoriosa. Seis de esos futuros rivales se hallan sumergidos en el duro combate por liberarse del yugo de un posible descenso. Otros tres se baten el cobre por tratar de acabar el campeonato entre los cuatro elegidos para seguir en competición más allá de la 38ª jornada en busca de la gloria del ascenso.

Uno de los que menos agobios sufre es precisamente el rival más inmediato del equipo gaditano, que el próximo sábado comparece en el campo de un San Roque de Lepe enclavado justo a mitad de la tabla, siete puntos por debajo de la zona noble y cinco por encima del descenso (cuatro en el puesto de promoción). El cuadro onubense quiere atar cuanto antes la permanencia y no lo pondrá nada fácil en su terreno.

El siguiente adversario, de vuelta al estadio Carranza (próximo día 28), será el Almería B, el mejor de los 20 filiales que se reparten entre los cuatro grupos de Segunda B. Así lo refleja su tercera posición. Es el único equipo canterano de toda la categoría de bronce que ocupa una plaza de privilegio. La escuadra rojiblanca es una clara aspirante a jugar el play-off y obligará al Cádiz a sacar a relucir su mejor versión para poder conseguir una victoria más que necesaria.

El posterior desplazamiento del conjunto entrenado por Claudio Barragán será a Málaga para visitar a El Palo (primer fin de semana de abril) en una de las salidas más incómodas de la temporada por las reducidas dimensiones del campo en el que ejerce de local el club costasoleño. De hecho, los amarillos cayeron el curso pasado por 1-0 en un horrible encuentro que en nada se pareció al fútbol. El Palo, 11º clasificado en la actualidad, pondrá toda su energía en la batalla por la salvación, de la que a día de hoy está tres puntos por encima (dos en el caso de la promoción).

La Balona llegará al estadio Carranza en la 33ª jornada (11-12 de abril) metida hasta el cuello en pelea por la zona vip. Se avecina un duelo provincial intenso por todo lo que se juegan los dos equipos. Los de Rafael Escobar son inquilinos del quinto puesto con los mismos puntos, 44, que el cuarto (Granada B) y cada partido es ya una final, como en el caso del líder.

El sprint definitivo de los últimos cinco compromisos del torneo de la regularidad aparece plagado de envites contra equipos que van a la desesperada en busca de la permanencia. Son partidos de los considerados trampa porque, pese a tratarse de adversarios en teoría inferiores, su desesperación convierten los encuentros en duelos de alto voltaje. El Cádiz visitará al Lucena el fin de semana del 18-19 de abril. Los aracelitanos, con graves problemas económicos, se aferran ahora al 14º peldaño pero con sólo dos puntos de margen sobre el abismo del descenso.

Peor lo tiene el Cartagena, con el que los gaditanos se citarán el 25-26 de abril en un choque dramático para los murcianos, ocupantes ahora de una 17ª plaza que les llevaría directamente a Tercera División. Están a punto de salir del infierno y dentro de un mes, cuando lleguen al Carranza, seguirán inmersos en la faena para esquivar el descenso.

La visita al Córdoba B (primer fin de semana de mayo) sería ahora un choque entre los polos opuestos del grupo IV: el primero contra el último. Los 31 puntos de diferencia entre uno y otro no servirán de nada cuando el balón empiece a rodar y el Cádiz se tope con un equipo que apurará sus posibilidades por evitar su caída a Tercera.

La penúltima jornada del campeonato será la última casera del conjunto amarillo -a la espera de la fase de ascenso-, que recibirá al Villanovense (9-10 de mayo), un equipo que, una vez cumplido el objetivo de la salvación, no renuncia a un premio mayor. Los extremeños viven en una meritoria sexta plaza a un solo punto del cuarto.

La visita del Cádiz al Arroyo (16-17 de mayo) pondrá el epílogo liguero. Es imposible saber si por entonces estará todo decidido para uno o los dos contendientes o si todavía queda algo por dilucidar. El reto es ser campeón antes de la última jornada, pero tiene que recurrir a ella, ahí estarán los gaditanos para pelear por el trono.