Cádiz CF

Todo sigue en sus propias manos

  • El empate no empaña la marcha de un equipo con una proyección cercana a los 80 puntos si mantiene el ritmo

No siempre se puede ganar. No siempre se puede dejar la portería a cero. Ni siquiera Real Madrid y Barcelona son capaces de hacerlo. No hay enemigo pequeño, y menos cuando los equipos empiezan a jugarse la temporada y salen a morder. La dinámica victoriosa truncada el pasado domingo en el terreno de La Hoya Lorca (empate a dos) no oscurece la positiva trayectoria de un equipo que ofrece un balance de siete triunfos y una igualada en los ocho partidos disputados en 2015. Es decir, 22 puntos de 24 posibles.

En la docena de encuentros cumplidos por Claudio Barragán en el banquillo, el saldo es de diez victorias, unas tablas y una sola derrota para un total de 31 puntos de 36 con los que el Cádiz no sólo levantó los ocho de desventaja que tenía respecto al UCAM Murcia a finales de noviembre, sino que además se colocó como líder con una distancia de cinco por delante que ahora son tres después de la 26ª jornada.

La batalla por el liderato sigue apretada entre los que sin duda son, a tenor de lo que reflejan los números, los dos mejores equipos del grupo IV. Hace apenas un par de semanas que los amarillos se auparon al liderato (su rival directo permaneció casi cuatro meses en la cima) y el objetivo es poner tierra de por medio. Pero no es tarea porque el conjunto universitario ya demostró en el Carranza sus cualidades y además se ha hecho fuerte en su feudo en una clara intención de discutir el primer puesto al principal favorito.

Los gaditanos se habían acostumbrado a recortar puntos a su adversario en las últimas semanas -un total de 13- y el pasado domingo fue la primera vez, desde la derrota sufrida en el campo del Villanovense a finales del pasado mes de diciembre, que el UCAM salía beneficiado de una jornada.

El hecho de que el inquilino de la vieja Condomina haya recortado dos puntos (se impuso en su feudo al Betis B) no hace saltar las alarmas en el seno de la entidad cadista, que depende de sí misma para acabar la Liga en la privilegiada atalaya del primer puesto. Si el domingo dejó que el UCAM se acercara, el próximo fin de semana tendrá la oportunidad de distanciarse de nuevo si amarra el triunfo frente al Melilla en el estadio Carranza (a partir de las 12 del mediodía) y el cuadro murciano no sale ganador de su complicada visita a un Jaén que no puede permitirse más tropiezos para no alejarse del objetivo del play-off (está tres puntos de la cuarta plaza). La tranquilidad, que no relajación, reina en el vestuario del Cádiz porque no hay mayor tesoro que depender del trabajo de uno mismo. El reto de despegarse puede llevar varias semanas, aunque no sería extraño que el segundo clasificado aguantara el tirón y obligara a los amarillos a no levantar el pie del acelerador hasta el final.

Resta un solo tercio para el final de la competición liguera y la marcha del Cádiz se ciñe con precisión casi milimétrica a la media inglesa de tres puntos en casa y uno fuera para que la cuenta resultante sea de dos por cada choque. Suma 53 puntos -dos tercios de los 78 ya dirimidos-, el doble de los 26 compromisos ya finiquitados. Restan 12 partidos (36 puntos) y si los hombres que visten de amarillo y azul mantienen la senda de los dos primeros tercios del campeonato, la proyección de puntos giraría en torno a los 76-77 en el epílogo del torneo de la regularidad. Si consigue el cuadro gaditano encadenar otra racha de triunfos como la que acaba de cerrar, podría acercarse, llegar e incluso rebasar los 80, una cifra jamás alcanzada por el Cádiz en la categoría de bronce. Seguir la línea trazada en los últimos 12 partidos es la intención para la docena restante. Volver a capturar una treintena de puntos de 36 elevaría a los amarillos hasta los 83, una marca muy difícil de superar por el UCAM.

La mejor marca del equipo amarillo en Segunda División B se remonta a la brillante la temporada 2008/09, cuando el conjunto entrenado entonces por Javi Gracia quedó campeón con 79 puntos, tres más que los 76 obtenidos en la campaña 2011/12 con Jose González como responsable del banquillo. En el curso 2000/01, al Cádiz dirigido por Carlos Orúe le bastaron entonces 69 puntos para acceder a la otrora liguilla de ascenso como campeón.

En la 2014/15, la dura competencia entre gaditanos y murcianos augura una puntuación alta para el equipo que llegue a la fase de ascenso con el pasaporte de campeón. La pugna que mantuvieron Albatece y La Hoya Lorca el curso anterior llevó al conjunto manchego hasta los 82 puntos, mientras que el cuadro lorquino acabó segundo con nada menos que 79, una cifra que en otros ejercicios hubieran valido para ser el abanderado del grupo.

El Cádiz ni quiere ni debe bajar el ritmo porque el UCAM anda al acecho.

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