El mercado de invierno ha iniciado la cuenta atrás y en el Cádiz aceleran la marcha a toda prisa para cerrar al menos un fichaje tras la rescisión de contrato de Kike López formalizada la tarde del pasado lunes. El elegido para sustituir al extremo salmantino no es Óscar Rico, sino Hugo Rodríguez, gaditano enrolado en las filas de La Hoya Lorca que está a punto de recalar en el equipo de su tierra si nada su tuerce en las próximas horas, las que suelen ser decisivas en toda negociación pendiente de los últimos flecos. El acuerdo entre la entidad cadista el futbolista es total y sólo falta otro acuerdo, en este caso entre los dos clubes porque el jugador tiene contrato hasta final de temporada con la escuadra murciana, que en principio se resiste a dejarlo salir sin sacar a cambio un pellizco económico. No hay una cláusula de rescisión establecida para su desvinculación, pero sí la voluntad de La Hoya, que defiende sus intereses, de querer obtener un beneficio porque la propiedad del jugador es suya hasta el 30 de junio.

En el club lorquino dan por hecho desde hace semanas la marcha de su jugador más destacado en el presente ejercicio y saben también que es casi imposible retenerlo porque la voluntad del gaditano es cambiar de aires y volver además a su tierra. La buena primera mitad de curso que ha realizado le ha abierto numerosas puertas. Hugo maneja varias ofertas -algunas procedentes del extranjero-, pero no quiere desperdiciar la que considera como la oportunidad de su vida y ahora está a la espera de que todo se resuelva con celeridad para poder ponerse cuanto antes a las órdenes de Claudio Barragán. Sueña con vestir de amarillo y azul, hacer disfrutar a la afición cadista y contribuir al anhelado ascenso.

El propio jugador reconocía ayer a este periódico desde tierras murcianas que las negociaciones están abiertas y señalaba que "espero que todo se solucione pronto. Son momentos de incertidumbre y hay que ver qué pasa". Firmar por el Cádiz, según sus palabras, "sería un sueño para mí, sería una ilusión enorme como gaditano, lo máximo".

Hugo es un jugador de banda. Diestro, suele moverse porel costado izquierdo pero también puede hacerlo en la derecha. Veloz, desequilibrante y con buen golpeo de balón. Es la auténtica referencia de La Hoya Lorca con ocho goles marcados esta campaña, además de ser el que lanza las faltas y los saques de esquina. Y un lanzador es lo que busca el Cádiz en el mercado. Y si además marca goles, todavía mejor.

Jerezano de nacimiento, se fue a vivir a la capital gaditana al día siguiente de ver la luz y allí se crió. Estudió en San Felipe Neri, jugó en la plaza Asdrúbal... De pequeño ya destacaba por sus dotes futbolísticas e hizo sus primeros pinitos en el Domingo Savio antes de militar en el Deportivo Berchams. Después entró a formar parte de la cantera del Cádiz. En el curso 2003/04 jugó en el cadete de primer año bajo la dirección de Quique Barroso, una etapa de la guarda un recuerdo especial porque el equipo logró el ascenso. El Sevilla puso los ojos en él y Hugo hizo las maletas para integrarse en la cantera de Nervión en la campaña 2004/05. En las categorías inferiores del club blanco jugó de medio centro, pero a medida que fue subiendo escalafones se fue escorando a la banda izquierda. Llegó al Sevilla C (Tercera División) y después al Sevilla Atlético en Segunda B, categoría en la que se midió al Cádiz. Una lesión de rodilla truncó su progresión, aunque con tesón salió adelante para seguir haciendo lo que más le gusta: jugar al fútbol.

Después de ocho años, abandonó la disciplina sevillista a la conclusión de la temporada 2011/12 y en la siguiente (2012/13) se fue al Norte de España para enfundarse la elástica del filial de Osasuna, en el grupo II de Segunda B. Sin dejar ese grupo de la división de bronce, en el ejercicio 2013/14 se desplazó más al Norte para firmar por Real Unión de Irún. La 2014/15 la empezó como integrante de la plantilla de La Hoya Lorca, pero todo apunta a que la terminará como jugador del Cádiz si la entidad cadista y La Hoya alcanzan el acuerdo ansiado por un futbolista que está a punto de volver, hecho un hombre, al equipo del que se marchó siendo un niño.

Si Hugo acaba estampando su firma, el Cádiz ganará un jugador de banda, un lanzador y un goleador. Tres en uno.