Cádiz CF

Frenazo en toda regla que ralentiza la progresión

  • El tercer empate del conjunto amarillo en casa pone en cuestión la condición de fortín del Ramón de Carranza. Los seis puntos perdidos hubieran servido para acechar al líder.

No es lo mismo empatar a domicilio después de tener el marcador en contra y un futbolista menos en los minutos decisivos, como sucedió en Almería, que hacerlo en casa frente a una escuadra modesta, casi novata, inmersa en su segundo curso en Segunda B y acostumbrada a jugar en un terreno de pequeñas dimensiones, como es el caso de El Palo. La igualada contabilizada la jornada anterior en el estadio de los Juegos del Mediterráneo hubiera sido buena en caso de victoria sobre el conjunto malagueño, pero las tablas cosechadas el pasado domingo por el Cádiz delante de su fiel hinchada echaron por tierra las previsiones de un equipo que dio un molesto portazo a la buena racha de resultados en un partido que en condiciones normales debería haber ganado sin dificultades. Demasiadas oportunidades se fueron al limbo en una tarde nefasta en la definición ante la portería contraria, y encima, en una de las contadas incursiones de El Palo, llegó el gol del empate que cayó como un jarro de agua fría. Nadie podía imaginar ese desagradable final que tan amargo sabor de boca provocó en el universo cadista.

El empate con el que nadie contaba supone un frenazo en seco que emborrona la trayectoria positiva que había trazado un equipo que había ido a más con aquellos tres triunfos seguidos ante Cacereño (2-1), Sevilla Atlético (1-3) y San Roque de Lepe (4-0). Pero perder cuatro de los últimos seis puntos no es una buena noticia para un conjunto que ve cómo el líder se escapa de nuevo y los perseguidores aprietan de lo lindo. Entre la segunda plaza y la décima, ocupada por el Cartagena, hay un estrecho margen de cuatro puntos que da una idea de la igualdad reinante transcurrido el primer tercio de la competición.

El Cádiz se tambalea en las aguas movedizas de una dinámica contradictoria que le hace retroceder en el objetivo de pelear por el liderato e incluso perder un puesto en la clasificación. De la segunda posición baja a la tercera al ser superado por el Jaén, que atesora los mismos puntos, 22, pero con un mejor balance goleador general. El líder, el brillante UCAM Murcia, vuelve a disponer de una cómoda renta de siete puntos con 29 -antes de la 13ª jornada era de cinco- que complica el reto fijado por los amarillos de llegar al reposo navideño lo más cerca posible del cuadro universitario. Cinco capítulos restan para las vacaciones de invierno, uno más para el final de la primera vuelta, ya a comienzos de enero.

Los números, esos que nunca mienten, ponen al descubierto la paradoja cadista. El conjunto gaditano es capaz de empatar in extremis hasta en tres ocasiones cuando ejerce de visitante -igualó en Marbella y en Melilla en el tiempo de prolongación, además de hacerlo en Almería en el minuto 85-, aunque lo que consigue de manera agónica en campo ajeno y se valora como un tesoro después lo deja escapar en su feudo de manera casi inexplicable, cuanto todo está bajo aparente control. Y es que los amarillos vieron cómo volaban cuatro puntos del estadio Carranza en los instantes finales. Ocurrió hace un par de días ante El Palo -tanto de los malagueños en el 87- y en la quinta jornada de Liga contra el Granada B, que marcaba segundos antes del pitido final.

Los puntos que se desvanecen en campo propio son los que más duelen porque amontonar victorias en casa es uno de los pilares sobre los que se asienta el éxito. Una de las razones por las que el UCAM manda en la tabla es por ser el mejor anfitrión del grupo IV. Suma 19 puntos de los 21 disputados en la vieja Condomina. El Cádiz -el tercer mejor local empatado con el Jaén- acredita 15 de 21 con cuatro triunfos y tres empates. Esos seis puntos que se fueron para no volver jamás cuestionan la condición de fortín de un Carranza que presenta rendijas por donde se escapa vivo más de un equipo. La Roda (0-0), Granada B (1-1) y El Palo (1-1) pescaron un punto cada uno y lanzaron un aviso a los que todavía tienen que pasar por el santuario cadista, muchos de ellos rivales directos del Cádiz en la batalla por el trono y demás puestos de privilegio del grupo (UCAM, Jaén, Balona, Cartagena...).

Esos seis puntos que se fugaron del Carranza le hubieran valido al equipo gaditano para vivir ahora con holgura en el segundo con 28 puntos y acechar con todas las de la ley a un líder que tendría una ventaja mínima.

No perder en casa tampoco parece demasiado meritorio si se tiene en cuenta que hasta la fecha diez conjuntos del grupo IV, incluido el Cádiz, no han mordido el polvo en su terreno. De lo diez primeros clasificados, sólo el Betis B conoce la derrota en su campo -cuatro varapalos compensados con un póquer de triunfos a domicilio-. El Lucena, 16º, tampoco saber lo que es perder en su feudo.

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