Cádiz CF

Calderón vive sus momentos más delicados en el banquillo cadista

  • El entrenador, el primero en hacer autocrítica, está convencido de la progresión del equipo

Antonio Calderón se hizo cargo del banquillo del Cádiz a ocho jornadas para el epílogo liguero de la pasada campaña y consiguió guiar al equipo en dirección a la fase de ascenso. Devolvió la ilusión a un cadismo algo deprimido y en los play-off, pese a la prematura eliminación a manos de L'Hospitalet, el gaditano ya se había ganado a la afición con su trabajo y su contagiosa energía positiva y el premio fue la renovación para seguir al frente en el nuevo proyecto, el primero que ponía en pie Locos por el Balón en el ejercicio 2014/15 tras haber comprado a Antonio Muñoz en diciembre de 2013 el paquete mayoritario de las acciones del club.

Con la continuidad de Calderón en el vestuario por fin se le abría la posibilidad de entrenar al equipo de sus amores -se crió como futbolista en la cantera cadista- desde el principio de curso después de haberlo hecho en dos ocasiones anteriores con la temporada ya en marcha -primero en lugar de Mariano García Remón en Segunda División A (2007/08) y después en sustitución de Raúl Agné en la categoría de bronce (2013/14)-.

Lo que hace unos meses eran alabanzas de la hinchada ahora se han transformado en petición de dimisión por parte de un número importante de seguidores descontentos con el juego del equipo, como quedó de manifiesto el pasado domingo en el estadio Carranza mientras el marcador reflejaba un empate a uno e incluso cuando Migue García ya había marcado el segundo gol para los anfitriones. El personal no quedó satisfechó y la pagó sobre todo con el preparador, aunque también dirigió pitos a los jugadores y también al palco.

Calderón vive sus momentos más difíciles en esta etapa como técnico cadista, pero en el mundo del fútbol las cosas cambian de una semana a otra y si el Cádiz gana el domingo en Sevilla lo normal es que las aguas vuelvan a su cauce. Aunque los gaditanos no están jugando nada bien -nadie lo oculta ni dentro ni fuera de la plantilla-, hasta la fecha sí son competitivos y pelean hasta el final, como quedó demostrado en el choque ante el Cacereño.

En el caso de que los amarillos no logren los tres puntos en la Ciudad Deportiva sevillista, las dudas seguirán en el aire y nada se puede descartar en el seno del Consejo de Administración. El presidente, Manuel Vizcaíno, decía el pasado domingo que el público puede llevar razón y que cada partido es una final.

El míster está convencido de que el equipo va a ir a más y ya decía hace un par de días en la sala de prensa del estadio Carranza, minutos después del partido, que no se va a rendir. Todo lo contrario. Calderón es el primero en admitir las lagunas en el juego -la segunda partar frente al colista fue para olvidar-, es el primero en hacer autocrítica, y también es el primero en pensar en una mejora del equipo, quinto en la tabla después de nueve jornadas, pero empatado con el tercero y en disposición de acceder a la zona noble a poco que haga bien las cosas.

Unas horas después del encuentro, el entrenador lanzaba un mensaje a través de su cuenta personal de twitter en el que se mostraba agradecido. Decía el técnico: "Gracias afición por apoyarnos en todo momento, en las buenas y en las malas. Con vuestros ánimos y vuestras críticas seguiremos adelante!".

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