Cádiz CF

Mal juego, buenos resultados

  • El conjunto amarillo tiene la tarea pendiente de mejorar pero encadena una racha positiva de tres victorias y un empate después de la derrota cosechada frente al UCAM

Las dudas que ofrece el juego del Cádiz no le impiden dar un salto en la clasificación para ubicarse en una quinta posición que le pone en una situación inmejorable para afrontar el inmediato asalto a una zona vip que no ocupa desde las tres jornadas iniciales del campeonato doméstico. Desde que abandonó los puestos de privilegio, hace mes y medio, nunca había estado tan cerca de ellos como ahora, justo cuando la crispación irrumpe con fuerza en las gradas del estadio Carranza. Las enormes dificultades por las que pasó el pasado domingo en casa para derrotar al colista (2-1) desesperó a una afición que no esperaba tanto sufrimiento y sí mucho más de los suyos. El Cádiz jugó mal en la segunda parte, pero supo sacar adelante el partido aunque tardó 84 minutos en hacerlo.

Pese a que las prestaciones no fueron buenas, nunca hay que olvidar que los partidos duran 90 minutos (más el tiempo extra que concede el árbitro) y los pupilos entrenados por Antonio Calderón consiguieron un importante triunfo cuando peor jugaban.

Paradojas de la vida, en una buena primera parte en la que mereció sellar la victoria -dos remates se fueron al palo y disfrutó de varias oportunidades-, el Cádiz se topó con el obstáculo de un golazo desde 50 metros del Cacereño de esos que se ven cada muchos años. Y no fue hasta un segundo acto en el que equipo, carente de ideas, culminó la remontada, la primera en la Liga. Nunca hasta ahora había dado la vuelta completa a un resultado adverso -sin contar la Copa-.

Pese al triunfo, parece que pesó más el mal juego que los tres puntos que cerraban una semana positiva. El miércoles, el equipo amarillo conseguía uno de los objetivos exigidos por el club de pasar a dieciseisavos de final de la Copa del Rey y lo hacía en el complicado de la Balona (1-2). El domingo, certificaba una victoria apurada frente al colista con mal juego pero con tres puntos que valen tanto como los demás.

Y es que el cuadro gaditano se mueve en una suerte de montaña rusa que de pronto le hace subir como bajar posiciones. Del sexto peldaño que pisaba en las jornadas cuarta y quinta cayó al 12ª en al sexto capítulo para subir al séptimo la semana siguiente y bajar al décimo para de nuevo escalar a la actual quinta. La estabilidad es el objetivo de un equipo al que le cuesta un mundo derribar los muros de las defensas cerradas y al que también la cuesta una barbaridad enfrentarse a sí mismo. Cuando los jugadores no logran demoler el muro, sufren un cortocircuito que atenazan la cabeza y las piernas. Los pases acaban en el lugar equivocado, emerge la precipitación y el bloqueo se expande de lo individual a lo colectivo.

Desde la primera y única derrota cosechada hasta el momento en 12 partidos oficiales (nueve de Liga y tres de Copa), la sufrida en el terreno del UCAM Murcia -líder destacado-, el conjunto gaditano acumula tres victorias (ante La Hoya Lorca y Cacereño en Liga y contra la Balona en Copa) y un empate en Melilla. Mejoran los resultados, aunque no el juego de un equipo al que le falta el punto de solidez necesario para poner una velocidad de crucero que todavía no ha encontrado. Cuerpo técnico y jugadores son conscientes de que al equipo le falta fluidez y en ello están. El domingo, en Sevilla, nuevo examen bajo presión en busca de la segunda victoria consecutiva en el torneo liguero.

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