A la afición del Cádiz ya le tocaba vivir una cita de importancia con final feliz. Fue ayer en La Línea, donde metió la cabeza en la anhelada ronda, para un modesto, de la Copa del Rey. A partir de ahora, a soñar con un grande en el próximo cruce y a trasladar la imagen del torneo del ko a la Liga. En tanto, Antonio Calderón puede respirar tranquilo al superar otra 'bola de partido'.

Los cadistas presentes en el Municipal se contaban ayer por centenares -unos 700-; los desplazados en los autobuses puestos por el club y los que lo hicieron en coches particulares. Todo ello bajo un ambiente de hermandad porque el campo linense suele ser como un pequeño Carranza cuando los amarillos juegan junto al Peñón. Cánticos durante los frenéticos 90 minutos, y abrazos y saludos al acabar. Unos felices y otros tristes, pero amigos para siempre.

Igual en el palco de autoridades, donde el presidente balono, Alfredo Gallardo, hizo de flamante anfitrión para recibir al consejo del Cádiz, con su presidente de honor, Juan José Pina, y su presidente, Manuel Vizcaíno, a la cabeza; a Quique Pina y buena parte de la familia Cordero, todos muy atentos al equipo capitalino.

Vizcaíno se mostraba satisfecho y aliviado al acabar el partido. Así lo expresaba en la Cadena Ser. "Apostamos fuerte por la Copa para que esta competición diera una alegría a los cadistas. Nos estamos estructurando para hacer un Cádiz grande; el Cádiz va a llegar, ya está llegando y le pido a los cadistas que confíen". Sobre su deseo para el sorteo de mañana, dijo: "Lo lógico es pensar que toque Madrid o Barça para que los seguidores sigan soñando".