Marbella-Cádiz

La fe pasa por encima del patatal (1-1)

  • Un tanto en el minuto 94 del delantero Airam Cabrera, en el único disparo a puerta de los amarillos, evita la primera derrota de la temporada en un terreno de juego totalmente impracticable

Cuando Airam Cabrera anda suelto dentro del área, todo puede pasar. El Cádiz estaba a punto de firmar su primera derrota de la temporada en el auténtico patatal que es el terreno del Municipal de Marbella, no había sido capaz de tirar entre los tres palos en todo el partido hasta que en el minuto 94, con el tiempo casi cumplido, Kike López centraba, Garrido hacía una dejada con el pecho, el canario cazaba el balón en su hábitat natural y marcaba de un disparo raso con el que evitaba el primer revés serio de los amarillos. La fe mueve montañas y el Cádiz, aunque sin acierto hasta ese momento, lo intentó sin descanso para equilibrar el gol de los locales. Si no es posible ganar, un punto da un pequeño respiro pero obliga a los gaditanos a reencontrarse con la victoria en la próxima jornada. El tanto del cuadro marbellí pareció fuera de juego, como también lo pudo ser el postrero tanto del empate.

 

Antonio Calderón apostaba por un trivote formado por Garrido, Navarrete y Espinosa, con estos dos últimos más adelantados en las acciones ofensivas. Kike López y Migue García se desenvolvían por las bandas y Airam Cabrera era el hombre de referencia en ataque.

 

Los amarillos ofrecían buenas sensaciones en el arranque de partido. Bien posicionados obre el terreno, llegaban por las bandas y en la primera aproximación metían el susto en el cuerpo a los locales con un balón que se paseaba por el interior del área sin que nadie lo tocara.

 

No estaba el campo para florituras. Todo lo contrario. El lamentable estado del césped dificultaba las labores de creación y el recurso del patadón emergía como la espuma. Cualquier saque con la pelota quieta era un envío largo, por muy lejano que fuera, sobre todo por parte de los anfitriones, que insistían una y otra vez   en buscar por alto a Rubiato, que cabeceaba a las manos de Aulestia en el minuto 20.

 

Ambos equipos acumulaban hombres en un centro del campo que por momentos parecía el camarote de los hermanos Marx. Tanta densidad de futbolistas en tan poca superficie echaba por tierra cualquier mínima posibilidad de ver algo de fútbol. Los pupilos de Calderón no sufrían atrás pero tampoco terminaban de aclararse en  ataque. Cuando llegaban por el centro o por los costados faltaba el pase definitivo para generar ocasiones.

 

Nada había hecho el Marbella hasta el minuto 31, cuando los amarillos concedían una falta junto al vértice derecho del área. Balón lanzado por Matador al segundo palo y allí aparecían completamente solos dos jugadores locales, uno de ellos Añón, que remataba a placer con la testa para inaugurar el marcador. Grave de error de la defensa en el marcaje, aunque no es menos cierto que el autor del tanto estaba en posible fuera de juego.

 

Una acción aislada de los locales ponía a los gaditanos en un escenario desconocido desde el inicio de la temporada. Era la primera vez que el Cádiz se veía por debajo en un partido y disponía de hora para tratar al menos de equilibrar el resultado. No lo iba a tener nada fácil, en un terreno donde jugar al fútbol era imposible y frente a un rival crecido que iba con ventaja sin hacer nada del otro jueves.

 

El Cádiz acusaba el golpe. Lo intentaba pero no encontraba espacios en la poblada defensa marbellí. El descanso irrumpía con 1-0 y todo por hacer en la reanudación. El Cádiz, que no había tirado a puerta en los primeros 45 minutos, estaba obligado a dar un paso al frente, demostrar capacidad reacción y al menos no regresa de vacío de la Costa del Sol.

 

Aunque eran los visitantes los que debían apretar tras el intermedio, el Marbella disfrutaba de una oportunidad en el primer minuto con un zurdazo de Hermosa repelido por Aulestia. Airam Cabrera respondía de manera inmediata con un suave disparo desde la frontal del área que se escapaba fuera por centímetros. Calderón había dejado en el vestuario a Espinosa para dar entrada a Kike Márquez, llamado a incrustarse en tres cuartos para intentar hacer daño de verdad.

 

Apretaban los visitantes pero sin llegar a ver el gol de cerca. Ni siquiera era capaz de aprovechar las jugadas a balón parado. Cuando tuvo acciones de estrategia, los centros era tan inofensivos que la zaga local despejaba sin agobios.

 

El guión estaba claro en la segunda mitad. El Cádiz intentaba cercar al rival, aunque no lograba su objetivo. El Marbella daba prioridad al trabajo defensivo y se encomendaba a la contra. Los locales se aliaban con el reloj y la desesperación de un rival que no encontraba el camino. Los amarillos no se adaptaban a la horribles condiciones del césped ni conseguían desarmar a los anfitriones. Ni un solo disparo entre los palos y sólo quedaban 20 minutos para el final. La dinámica del partido favorecía al equipo ganador. La pelota cada vez estaba menos en juego, el Marbella se obsesionaba con parar el partido y el Cádiz no hallaba el camino 

La aproximación más peligrosa del Cádiz llegaba en el minuto 72 con una falta lanzada por Kike López -desde la misma posición que originó el gol del Marbella- que abortaba un defensa cuando Garrido se disponía a rematar de cabeza.

 

Mantecón y Andrés Sánchez salían en la recta final para dar oxígeno y apretar un poco más. Pero no había manera. Lo intentaban los amarillos hasta el final, encerraban al adversario en su área pero el balón no iba en dirección a portería. Calderón movía piezas a la desesperada. Dejaba una defensa de tres, Garrido se colocaba de delantero de centro y el premio a la fe lo encontraba con el tiempo casi vencido, en el minuto 94, Airam Cabrera salía al rescate y marcaba de un zurdazo tras centro al área de Kike López y dejada con el pecho de Garrido.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios