Empate en el estadio de La Victoria entre dos equipos aspirantes al ascenso. El Real Jaén y el Cádiz hicieron tablas en un partido muy esperado por la afición pero que defraudó por el juego poco vistoso que ambos exhibieron sobre el rectángulo de juego. Eso sí, el Cádiz, como visitante que era y además sin su dos referencias en ataque, dio la cara y buscó el triunfo hasta el final. Dio buenas sensaciones y no hubiera sido extraño haberse vuelto con los tres puntos.

Fue el equipo local el que, en los primeros compases del partido, tomó la iniciativa ante el cuadro gaditano que, muy bien asentado atrás, deshacía una vez y otra los ataques más alocados que con sentido del Jaén.

Juanma Espinosa, ex del cuadro local junto con Juan Villar, se fueron encargando con el pasar de los minutos de neutralizar ese dominio local sobre un medio del campo que empezaba a flaquear. El Cádiz iba demostrando poco a poco que va a ser uno de los equipos más potentes del grupo IV.

A las conocidas ausencias en el Cádiz se sumó la inesperada del central Servando, que se vio obligado a abandonar el terreno de juego por molestias en una pierna. Arregi saltó al césped y se estrenó con el Cádiz en un partido de carácter oficial. El vasco cumplió en el eje de la zaga.

Con la falta de sus delanteros titulares y sobre todo de Jona, también con Fran Machado, otro ex jiennense, actuando como falso delantero centro, poco a poco iban poniendo cerco a la portería de Toni Cruz. Sin embargo, fue Montero, delantero local, el que dio el primer susto a Aulestia enviando su cabezazo fuera. El Cádiz no pasaba demasiados apuros pero con veinte minutos jugados no se contabilizó ningún disparo a puerta.

Cuando ya se cantaba prácticamente el descanso, el lanzamiento de Espinosa fue despejado en corto por el meta local y allí, muy atento, Juan Villar, uno de los destacados del partido, envió el balón a la red de la portería del Real Jaén. El conjunto de Calderón puso el partido en franquicia con el gol y ya había que esperar hasta la segunda mitad.

Con el inicio de la segunda parte, el Real Jaén salió dispuesto a igualar la contienda. Y para ello el control del centro del campo empezaba a ser fundamental. Juanma Espinosa, el auténtico baluarte del centro del campo gaditano, sufrió lo indecible no tanto por el acoso de los jugadores rivales, sino por el continuo abucheo que le llegaba desde la grada cada vez que tocaba un balón. A los gritos de ¡pesetero pesetero! Juanma Espinosa respondía con buenos pases, al igual que le ocurrió a Machado cada vez que se acercaba a la portería blanca.

El Jaén, más enrabietado que con buen juego, encontró a los 63 minutos de partido el fruto de su ímpetu al convertir en gol Gaitán una jugada que él mismo inició lanzando un balón a la escuadra de Aulestia que nada pudo hacer para evitar el empate. La lesión del delantero Montero y el cansancio de Pedrito hicieron que el Real Jaén de una parte se desdibujara y de otra el Cádiz volvió a sacar la enorme calidad que atesoran hombres como Machado, Migue García o sobre todo Juan Villar, ya que los últimos quince minutos del encuentro puso cerco el Cádiz a la portería de Toni, muy nervioso durante todo el partido, para intentar ganar.

Sin embargo, el cerco de los jugadores del Cádiz no dio su fruto por la falta de remate en los últimos metros. El cuadro visitante descaradamente en la recta final del enfrentamiento fue a por los tres puntos y todo parecía que el conjunto amarillo estaba en el Carranza y su rival era el visitante.

Pese a todo, empate en La Victoria en una lucha que no ha hecho nada más que empezar pero que el Cádiz claramente con su empate en Jaén mostró sus credenciales de equipo conocedor de la categoría, de enorme calidad y sobre todo haciendo lo que hace en cada momento. Por su parte, el Real Jaén estuvo en gran parte del partido a expensas de lo que hacía o no hacía el Cádiz para llegar a los dominios del meta amarillo. Unos con calidad, el Cádiz, otros con garra, el Real Jaén. Al final, empate.