Los sones de Paquito el chocolatero aumentaron los decibelios durante el descanso. El Trofeo Carranza recuperó ayer una tradición perdida con el paso del tiempo. Era habitual antaño la imagen de la banda de música que amenizaba las previas y los descansos hasta que un día desapareció. La banda municipal de Rota se encargó ayer de levantar al personal de sus asientos con ocasión de las semifinales.

El personal disfrutó con la música, pero sobre todo con su equipo. El Cádiz miró de frente a todo un campeón como es el Atlético, plantó cara y la afición se llevó una buen sabor de boca en la presentación del conjunto que buscará el ansiado ascenso, esta vez más arropado que nunca en Segunda Diisión B. Si hacía falta un empujoncito para convencer a los que dudaban para superar los 10.000 abonados, fue el día perfecto porque todo el que acudió se marchó después con sensaciones positivas y los que lo vieron por televisión pudieron comprobar las buenas prestaciones ofrecidas por la escuadra entrenada por Antonio Calderón. La hinchada, por cierto, también aportó novedades con cánticos que ayer sonaron por vez primera.

Los partidos tenían gancho, sobre todo el primero para el anfitrión. En el palco no faltaron la alcaldesa, Teófila Martínez, ni el consejero delegado del Atlético de Madrid, Miguel Ángel Gil, además del presidente del Cádiz, Manuel Vizcaíno, y el presidente de honor, Juan José Pina. Por la noche era numerosa la representación sevillista, con el presidente a la cabeza. El mandamás del Granada, Quique Pina, tampoco faltó a la primera semifinal.