Antonio Díaz Acosta. Presentador del 60º Trofeo Ramón de Carranza

"Recuerdo que acudí de la mano de mi padre a la primera edición"

  • La vinculación de Antonio Díaz con el fútbol gaditano ha sido prolongada, primero como aficionado, luego como futbolista y más tarde como periodista

Un experimentado periodista será el encargado de presentar, el 7 de agosto, la 60ª edición del Trofeo Ramón de Carranza, que servirá gracias a su atractivo cartel para revitalizar un Trofeo de los trofeos que andaba de capa caída de un tiempo a esta parte. Se trata de Antonio Díaz, una persona ligada hace la tira de años al mundo del balompié gaditano, primero como aficionado, luego como futbolista y más tarde como periodista.

Antonio Díaz nos cuenta en primer lugar cómo acogió su designación como presentador del Trofeo: "Me llamó Pepe Mata en nombre de Manuel Vizcaíno y mi primera reacción fue decirle que no, que no me gustan ese tipo de cosas. Me insistió y le pedí tiempo para pensarlo. Al rato, no había pasado ni media hora, me telefoneó Vizcaíno y ya no pude decirle que no. Lo contrario hubiese sido una falta de respeto hacia alguien que acababa de llegar. Entonces le comuniqué a Mata que finalmente sí aceptaba el ofrecimiento, respondiéndome que se alegraba y que me lo merecía".

A partir de entonces le llegó la hora de darle vueltas y vueltas al coco para estudiar la manera de afrontar el importante compromiso contraído: "Lo siguiente fue empezar a pensar qué hacía. En 60 años hablando sobre el Trofeo ya se ha dicho de todo. Su historia se ha desmenuzado sobradamente. Entonces me vino a la memoria que en 1955 vi el partido de inauguración del estadio Carranza, un Cádiz-Barcelona, y que días más tarde también fui al único encuentro de la primera edición del Trofeo, entre el Sevilla y el Atlético de Portugal. Yo, tarifeño de nacimiento, había llegado a Cádiz un año antes, con seis de edad, al ser destinado aquí mi padre. De su mano acudí a ese primer Trofeo Carranza, al igual que había hecho meses antes la única vez que asistí a un partido en el campo de Mirandilla. Por cierto, mi padre era catalán, del barrio barcelonés de San Andrés, pero defendía al Real Madrid; tenía ese fallo (¿adivinan de qué otro equipo es Antonio?). Vi aquel partido en Preferencia, cerca de la torre olímpica. ¡Qué pena me da que se perdiera algo tan emblemático!".

La vinculación de Antonio Díaz con el fútbol gaditano ha sido tan prolongada, en realidad sigue más que viva, que se pueden diferenciar varias fases a lo largo de la misma: "Luego seguí yendo con él al fútbol hasta que empecé a acompañar a mis amigos de Salesianos. Entonces comprábamos las entradas en el bar Juani. Con 13 años empecé a jugar en el Cádiz infantil y me daban una invitación para la zona baja de los Fondos. Mi siguiente fase como asistente al Trofeo fue de simple aficionado y luego vino la etapa profesional, primero echando una mano a mis compañeros de Deportes de Diario de Cádiz para más tarde pasar a formar parte de esa sección. Además, hice crónicas del torneo para el diario deportivo Marca y en los últimos años cubrí el Carranza para Onda Cádiz Televisión".

Cocinero antes que fraile, Antonio le dio muchas patadas al balón -alguna que otra se llevó también más de un rival- pero se quedó con la espinita clavada de no estrenarse con el Cádiz: "No recuerdo haberme perdido ninguna de las ediciones del Trofeo, creo que he presenciado las 59 anteriores. Fui futbolista pero me quedé con las ganas de que se cumplieran dos cosas que me hubieran encantado, por un lado jugar con el primer equipo del Cádiz y por otro hacerlo en algún encuentro del Trofeo. Estuve en el Balón en la época en que era el segundo equipo de la ciudad y a veces iba a vernos más gente en Tercera que al propio Cádiz en Segunda. Valga como anécdota que en el homenaje internacional ofrecido a Mágico González en El Salvador me invitaron a que saltara al campo en el partido que jugaron los veteranos del Cádiz, pero me negué porque no me correspondía al no haber llegado a debutar con el primer equipo. Eso sí, disfruté como un niño chico vestido de amarillo en el banquillo y esa equipación la guardo como si fuera una reliquia".

Para que aprendan otros que lo dejaron casi todo para última hora o incluso se dedicaron a la improvisación, a este periodista no le coge ya el toro ni en la calle de la Estafeta. De paso, no es traidor porque avisa que pondrá a cada uno en su sitio: "Ya lo tengo preparado. He tenido suerte de que me nombraran presentador de una edición con número redondo, que parece que suena más, y con un cartel auténtico después de unos años en que había decaído mucho el atractivo de los participantes. He decidido contar mis vivencias, que son muchas en 59 años de Trofeo Carranza. Será una cosa personal que incluirá críticas a hechos que ocurrieron y que resultaron lamentables. Por poner un par de ejemplos, la edición que estuvo a punto de no disputarse, lo que se impidió gracias a Manuel Ruiz de Lopera, o la 50ª de la historia, a la que se dio mucho bombo pero acabó celebrándose en Bahía Sur porque el césped del Ramón de Carranza parecía la playa Victoria por culpa de Antonio Muñoz, que no cumplió con el arreglo prometido. Este fue un lunar en la historia del Trofeo que dolió mucho al cadismo".

Echando la vista atrás, elogia a Di Stéfano pese a que fuera merengue: "Recuerdo el impacto y el empujón a nivel internacional que provocaron los triunfos del Benfica de Eusebio o el Palmeiras, primeros equipos extranjeros que ganaron el Trofeo. El Real Madrid de Di Stéfano se marcaba a principios de temporada como objetivo la conquista de tres títulos: Liga, Copa de Europa y Trofeo Carranza. Esto me lo ha contado Manolín Bueno y es demostrativo de la importancia que poseía en aquellos tiempos. Di Stéfano, el jugador más grande que he visto en un campo de fútbol, siempre tenía muy claro que el Trofeo había que ganarlo. Por eso era obligado dedicar esta edición a su memoria, como así será".

A la hora de señalar los cinco mejores jugadores que vio actuar en el Trofeo Carranza apenas duda: "Ya he nombrado a Di Stéfano, al que igual veías sacar un balón desde la defensa que marcar un golazo. Él sí que era un 9 falso, hacía de todo y de una manera maravillosa. Kubala poseía una calidad técnica asombrosa y jamás he visto correr la banda a nadie como lo hacía Gento. Mágico González es para mí el segundo mejor de la historia tras Di Stéfano, lo que ocurre es que no alcanzó tanta fama poque era salvadoreño y pertenecía al Cádiz. Y finalmente elijo a Messi, al que vimos en el Trofeo con 17 años. Entonces se negoció su cesión al Cádiz, qué pena que al final no vino porque seguro que no hubiéramos descendido".

Por último, no se va sin dar un tironcillo de orejas: "Me dolió mucho la selección de determinados equipos para participar en las últimas ediciones del Trofeo. Este se debe montar con conjuntos de fuste porque ha habido años en los que no era, ni mucho menos, el Trofeo de los trofeos".

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