Las discusiones no faltaron durante la junta de accionistas al surgir disparidad de criterios entre algunos de los asistentes y los nuevos dirigentes del Cádiz. Siempre sin abandonar las buenas formas ni la educación, la realidad es que más de una vez surgió el espíritu de la confrontación.

Lo más relevante fue quizá lo ocurrido con Federico González y Chico Puig, el hijo del ya fallecico Paco Puig, quien fuera vicepresidente y mano derecha de un Antonio Muñoz con el que la relación terminó por enfriarse de una manera lamentable por una cuestión archisabida sobre la propiedad de un paquete de acciones de la sociedad deportiva de marras.

Puig tomó la palabra para mostrarse disconforme con la negativa recibida a su petición de representar las acciones de su padre, que estimaba ascienden a un 12% del total. Además, se quejó de que no se hubiese permitido agrupar sus acciones con las de Federico González, calculando que esa unión, según los estatutos, les hubiese concedido el derecho de contar con un puesto en el consejo. Las peticiones fueron elevadas el pasado día 10 y hasta ayer por la mañana, una hora antes de la junta, no se les comunicó que habían sido rechazadas, por adolecer de vicios según comentó Diego García.

Varios accionistas montaron en cólera, opinando que se trataba de una falta de respeto hacia dos personas, como Paco Puig y Federico González, que se dejaron mucho dinero en el camino para que el Cádiz pueda seguir existiendo. De paso, esto propició que crecieran los votos en contra cuando hubo que levantar las manos a favor o no del nombramiento de los nuevos consejeros. El que fuera directivo Miguel Iglesias también votó en negativo esa vez, argumentando que apreciaba en algunos de los consejeros propuestos por Manuel Vizcaíno "sombras de etapas anteriores".

Vizcaíno no llegó a intervenir sobre este asunto durante la junta de accionistas, pero sí lo hizo en la rueda de prensa que ofreció luego en el Ramón de Carranza. El nuevo presidente comentó lo siguiente cuando se le preguntó acerca de la polémica suscitada: "Mi respeto absoluto por Chico y Federico. Yo no tengo la culpa de que hubiera un defecto de forma. Estoy abierto a una vía de colaboración con ellos. Yo lo necesito y ellos se lo merecen".

Fernando Estrella fue el protagonista de otra de las intervenciones, solicitando que el gestor sevillano alimentara las esperanzas de los cadistas anunciando algún "bombazo" destinado a aliviar los problemas económicos por los que atraviesa el club amarillo. El presidente, que en el apartado de ruegos y preguntas no rehuyó tomar la palabra y ofrecer sus opiniones, se mostró cauto al sentenciar que "el tiempo da y quita razones. En la próxima junta de accionistas presentaremos para su aprobación el presupuesto de la presente temporada. Será el momento de comprobar cómo será el capítulo de ingresos".

Cuando Juan García le interrogó sobre si tiene previsto hacer un ERE, Vizcaíno también le remitió a la próxima junta.