Los componentes de la primera plantilla del Cádiz están llegando al tramo final de la competición liguera en un excelente momento deportivo, pero en lo que respecta a la salud no se puede decir categóricamente lo mismo, ni mu cho menos. Semana a semana siempre hay jugadores de los que el entrenador no puede disponer por problemas físicos y otros que se ven obligados a reducir la carga de trabajo en los entrenamientos, que en definitiva es el método de preparación para los encuentros, al sufrir molestias de diferente tipo.

Ayer se repitió la historia al verse incrementadas las malas noticias en esa parcela. Con Sergio Aragoneses prácticamente descartado por segunda jornada consecutiva, hasta su sustituto, Ricky Alonso, tuvo que abandonar el entrenamiento en su recta final como medida de precaución debido a una leve sobrecarga muscular. Otro que se retiró antes de tiempo fue Josete, que lo hizo después de recibir un golpe en un partidillo.

Con el golador Airam de nuevo apartado del grupo, utilizando un plan de trabajo específico para él, la alarma saltó principalmente por la lesión que se antoja más seria a corto plazo. El central Tena, un elemento fundamental en el once amarillo, tampoco compartió labor con sus compañeros por culpa de un problema muscular.

El parte de guerra se completó al anunciar el club que el lateral Dalmau fue sometido a una resonancia magnética en la clínica Asisa Jerez para valorar las molestias que viene arrastrando en su rodilla derecha.