Antes de la disputa de la 34ª jornada, el Cádiz tenía a tiro al Cartagena y disponía de un colchón respecto al Guadalajara. En ambos la distancia era de tres puntos, para lo bueno (la tercera posición) y para lo malo (el maldito quinto puesto). La situación dio un giro al filo de las seis de la tarde del domingo, ya que el empate conseguido por el cuadro cadista en el Nuevo Los Cármenes, unidos a los triunfos de sus dos rivales directos, complica algo más el recorrido que conduce al posterior combate por el ascenso.

La hoja de ruta pasa de forma inexcusable por un póquer de victorias de los amarillos con el que meter la cabeza en los play-off. El camino está lleno de obstáculos, sobre todo en Cartagonova el último fin de semana de abril. La visita al Cartagena se avista, a priori, como el duelo clave en el que el Cádiz debe dar un paso al frente para lograr el triunfo.

El tercer peldaño de la clasificación queda ahora a una lejana distancia de cinco puntos de los gaditanos con sólo 12 por dilucidar en las cuatro jornadas restantes. El quinto puesto, el de la frustración, está sólo a un punto en poder del Guadalajara. Poco y mucho, depende de cómo se mire. La situación actual significa que, salvo hundimiento en la recta final del torneo de la regularidad, lo normal es que el Cartagena certifique su pase a la fase de ascenso. Quedaría, por tanto, una sola plaza con premio por la que pelean dos equipos: Cádiz y Guadalajara. El equipo amarillo debe centrarse en mantener el puesto que ahora ocupa, el cuarto, que a estas alturas se convierte en el más preciado tesoro. Es el único asidero al que agarrarse para mantener vivo el sueño del ascenso.

La escuadra entrenada por Antonio Calderón desde hace un mes -en sustitución de Raúl Agné- dispone de una mínima ventaja sobre el cuadro alcarreño. Lo positivo para el conjunto gaditano es que depende de sí mismo para lograr el primer objetivo de entrar en los play-off -el segundo es conseguir el ascenso-, aunque no lo tendrá fácil porque no tiene margen de error. Tiene que ganarlo todo para asegurar el pase a la fase definitiva que todo el cadismo anhela.

El calendario, siempre en postulados apriorísticos, parece algo menos favorable para el Cádiz, que en su próxima salida deberá rendir visita nada menos que al campo del Cartagena. En principio, ni siquiera le vale un empate en el Cartagonova para seguir dependiendo de sí mismo a no ser que el Guadalajara falle y conceda un respiro en su persecución.

Antes del desplazamiento a tierras murcianas, el conjunto gaditano recibirá el próximo domingo al Sevilla Atlético (estadio Ramón de Carranza, a partir de las seis de la tarde) en un choque de alta tensión porque si los anfitriones se juegan la fase de ascenso, los canteranos de Nervión también necesitan los puntos de manera desesperada para intentar escapar de la zona de descenso en la que están atascados.

Tras su paso por Cartagena, el Cádiz volverá al fortín de Carranza para medirse a La Roda, un equipo enredado también en la pelea por evitar la caída al pozo de la Tercera División. En el epílogo del campeonato, los pupilos de Calderón viajarán a Extremadura para jugar contra el Cacereño, que ya no lucha por ningún objetivo.

El trayecto del Guadalajara en las últimas cuatro jornadas de Liga tiene la primera parada en su feudo, donde recibirá, con el cartel de favorito, a un Arroyo que comparecerá con el agua al cuello en su empeño de salvarse de la quema del descenso. Después llegarán dos salidas consecutivas para los alcarreños, la primera al terreno de un Cacereño sin nada en juego y la segunda al estadio del Melilla, que también ha hecho los deberes esta temporada.

El Guadalajara cerrará la campaña liguera en su campo en un choque desigual contra el San Fernando, que no se sabe si a esas alturas habrá sellado la permanencia, estará peleando por ella todavía o la habrá perdido de modo definitivo.

En esa vorágine de incertidumbre hasta el próximo 11 de mayo, lo único cierto es que el Cádiz depende de sí mismo para terminar cuarto en la tabla. Si los gaditanos hacen un pleno de victorias en esta mini liguilla de cuatro encuentros, su participación en la fase de ascenso pasará de aspiración a realidad.

En caso de empate a puntos al final entre los dos rivales directos, el premio se lo llevará el que mejor diferencia de goles acumule en el coeficiente general (en el particular están igualados porque ambos ganaron cada partido en casa por 1-0). En ese apartado también tienen ventaja los amarillos, con un saldo positivo de 29 por 19 de los morados. Diez goles de diferencia que son un colchón más que suficiente para no perder una distancia que puede valer su peso en oro en cuatro jornadas de infarto. Cualquier detalle adquiere proporciones gigantescas.