La cantera del Cádiz no pasa de moda aunque sea una misión casi imposible ver triunfar a algunas de sus perlas en el primer equipo amarillo. A la promesas que en los últimos tiempos dieron el salto a proyectos bastante más ambiciosos, casos de Chico, Suso, Pirulo, Tiri o Jaime Sánchez, se podrían unir próximamente otros dos jugadores que forman parte del fútbol base cadista. Se trata de José Mari, delantero que juega en el Cádiz B, y Diego González, un auténtico comodín que esta temporada ha jugado en el primer equipo, en el filial y en el Cádiz juvenil.

José Mari, ariete isleño de 16 años que es pieza fija en el Cádiz B, está siendo seguido por tres clubes ingleses que en algunos casos han enviado a sus hombres de confianza para seguir las evoluciones del futbolista. José Mari gusta, y mucho, a los ojeadores de esos equipos y hasta antes de caer lesionado el pasado sábado, en el encuentro ante el Recreativo de Huelva B, una posible negociación era cuestión de pocos días, si bien ahora podría demorarse porque ni siquiera se sabe el alcance exacto de la dolencia que sufre el delantero en una de sus rodillas. Hoy será sometido a las pruebas que desvelarán si tiene dañado algún ligamento o si, por el contrario, se trata sólo de un fuerte esguince.

El otro canterano que apunta a poder salir de España es Diego González (16 años). El Real Madrid estaba llamado a ser el destino del jugador chiclanero, aunque la realidad es que las negociaciones no han llegado por el momento a buen puerto, tal y como adelantaba ayer Onda Cero. No hay que descartar que Diego termine vistiendo de blanco, lo que precisamente se encargó de recordar a este medio su representante, Miguel Alfaro. Sin embargo, los dirigentes cadistas han puesto sus miras en Italia, un mercado que Gaucci controla a la perfección.

El destino de Diego González podría pasar de la capital española a la capital italiana siempre que ese interés proceda de la Roma, un club que está llamado a ser el elegido por Gaucci para mantener buenas relaciones institucionales y en materia de cantera, sin descartar incluso la presencia de su primer equipo en la próxima edición del Trofeo Carranza.

La situación del Cádiz con Diego es bastante compleja y nada tiene que ver con la de José Mari. El chiclanero, por medio de su representante, no aceptó la propuesta cadista de un contrato de larga duración, con seis millones de euros de cláusula de rescisión y unos emolumentos que en la primera campaña rondarían los 600 euros mensuales. Estas condiciones, u otras similares, sí las aceptaron otros canteranos como José Antonio, Tomás o el propio José Mari. En la actualidad Diego está al margen de la competición, pues sólo entrena y no juega con los equipos de la cantera con los que puede hacerlo.