La idea, dice, no es sólo frenar a Podemos, que también. El objetivo primordial es "no poner en riesgo la recuperación económica que ya se ha iniciado para salir de una vez de la crisis". Bajo esta excusa, el Partido Popular (PP) de Cádiz está dispuesto a llegar ahora a un acuerdo con su archiconocido adversario político de siempre, el PSOE, que permita gobernar a la lista más votada en los 22 municipios de la provincia en los que las urnas decidieron no conceder mayoría absoluta a ninguna de las candidaturas que concurrieron a las urnas en las elecciones municipales celebradas el pasado domingo.

La estrategia será abordada y presumiblemente aprobada en la ejecutiva provincial que el PP gaditano celebrará hoy. Pero ayer el presidente provincial de este partido, Antonio Sanz, desvelaba su intención de trasladar formalmente esta propuesta de no agresión a la secretaria general del PSOE de Cádiz, Irene García, a la que asegura que ya ha felicitado telefónicamente por su victoria en la provincia del 24-M y a la que solicitará una reunión para los próximos días.

Y la propuesta de Sanz es muy clara: los candidatos del PP y del PSOE se abstendrían o se votarían a sí mismo en aquellos ayuntamientos de la provincia en los que no hay mayorías absolutas en las sesiones de investidura del 13 de junio. Ello permitiría a los candidatos ganadores garantizarse su presencia en la Alcaldía de esas localidades.

Este planteamiento es novedoso porque nunca jamás se había planteado antes una propuesta así entre los dos partidos grandes después de unas elecciones municipales en el territorio gaditano. Sí lo hicieron algunas veces PSOE e IU. Pero, para más inri, quien pone esta estrategia sobre la mesa es Antonio Sanz, probablemente la persona que más sabe de pactos en esta provincia y también la que, por extensión, más poder municipal le ha arrebatado al PSOE de Cádiz en las dos últimas décadas.

La pelota, por tanto, está ahora en el tejado del Partido Socialista que, en el caso hipotético de que terminara aceptando la oferta de Sanz -algo bastante improbable- se garantizaría para sí nueve alcaldías que tiene ahora mismo en interrogante y que serían las de San Fernando, La Línea, San José del Valle, Benalup-Casas Viejas, Jimena, Castellar, Puerto Serrano, Algar y Olvera. Sanz incluye también en esta relación las alcaldías de Chiclana, Rota, Sanlúcar y Arcos y la Presidencia de la Diputación, aunque en estos cinco casos los candidatos socialistas ganadores de las elecciones no corren peligro alguno de verse destronados.

La oferta, posiblemente, sería tentadora para el PSOE, sobre todo porque amarraría dos alcaldías de tanta importancia como la de San Fernando (que le es esquiva desde hace 26 años y donde aún hay cierto riesgo de que el PP pueda formalizar un tripartito junto al PA y Ciudadanos) y La Línea (donde en el ámbito local se da por hecho que los concejales populares respaldarán a la candidatura independiente de La Línea 100x100).

Pero, claro, de aceptar la oferta de Sanz, los socialistas tendrían que renunciar a ver caer a alcaldes y alcaldesas populares de tanto renombre como Teófila Martínez (Cádiz), María José García-Pelayo (Jerez) o Alfonso Candón (El Puerto), que serían tres de las seis alcaldías que busca salvar el PP con este armisticio planteado al PSOE. Las otras tres serían las de Chipiona, Tarifa y Prado del Rey.

Y ¿qué haría el PP si el PSOE rechaza esta oferta? ¿Intentaría castigar a los socialistas planteando alternativas para que perdieran algunas de las alcaldías mencionadas? A estas preguntas Sanz opta por no responder porque, afirma, "prefiero no barajar otros escenarios".

En su petición al PSOE para que acepte esta oferta, Antonio Sanz pide al partido que dirige Irene García que haga un ejercicio de coherencia y responsabilidad a partes iguales. Ahí, y para argumentar esta llamada a la coherencia, el líder del PP gaditano recuerda que la presidenta en funciones de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, "lleva dos meses clamando a favor de que en esta comunidad se deje gobernar a la lista más votada y ahora tiene un ejemplo perfecto para predicar con el ejemplo". Y sobre su llamada a la responsabilidad de los socialistas, Sanz considera que el PSOE y el PP "tienen la obligación de garantizar la estabilidad de los ayuntamientos porque no podemos abrir la puerta a determinados modelos de gestión que pueden llevar a nuestros municipios al caos y a la catástrofe, porque eso conllevará un despilfarro que pondría en peligro el mantenimiento de las prestaciones sociales y porque todo ello pondría en peligro la recuperación económica que ya se ha iniciado para salir de una vez de la crisis". "Evidentemente hay otras opciones para las sesiones de investidura y los nuevos gobiernos, pero está claro que esas no son las que quieren los ciudadanos", apostilla.

Pero Antonio Sanz no se queda ahí. Incluso, abre la puerta a la opción de que los concejales de PP y PSOE "puedan negociar incluso pactos de gobernabilidad en aquellos municipios donde sea viable", tendiendo igualmente la mano para colaborar con el futuro gobierno de Irene García en la Diputación "de cara a desarrollar un modelo de provincia que permita sacar a Cádiz adelante".