Elecciones Andalucía

Entre la experiencia y la realidad

  • Diario de Cádiz habla con veteranos dirigentes del PSOE para que reflexionen sobre cuál debe ser la postura del partido: apoyar al PP o a Podemos No existe una postura única entre ellos

Nunca se había encontrado el PSOE, en estos 36 años de democracia municipal, en una tesitura tan complicada como la que ha surgido de las elecciones del pasado domingo en la ciudad de Cádiz. A pesar de tener sus peores resultados, con apenas un grupo de cinco concejales, se ha convertido en la llave del gobierno de la capital para los próximos cuatro años. Algo es algo. Ya que no son mayoría, por lo menos que tengan una capacidad de decisión de primer rango. El problema es que en las elecciones no ha habido un único ganador, una única fuerza a la que dar su apoyo. No, han sido dos y, encima, antagónicas en ideología y en formas de entender a la propia ciudad. Y con las dos ha tenido el PSOE, durante dos décadas o durante meses, más de un encontronazo dialéctico que dificulta, o puede dificultar, los diálogos que ahora se inician para lograr un gobierno estable para los próximos cuatro años.

Más allá de lo que se les imponga desde Madrid o desde Sevilla, los dirigentes socialistas gaditanos pasan en estos días por un auténtico cáliz. ¿Apoyamos a lo ya conocido, con la posibilidad de enderezar el rumbo de algunas cuestiones ciudadanas? ¿O apoyamos a una formación nueva, emergente, con gran impacto social, pero con planteamientos de gestión radicales para la centralidad socialista?

Diario de Cádiz ha sondeado a veteranos militantes, antes dirigentes, de la formación para reflexionar sobre cuál debe ser el papel que debe jugar el PSOE ante un momento tan trascendental para el futuro más inmediato de la ciudad.

No se podía empezar de otra forma que buscando la opinión de Carlos Díaz, alcalde socialista de la capital durante dieciséis años. Él mismo encabezó un gobierno de coalición de izquierdas tras las elecciones de abril de 1979, que en Cádiz ganó la lista de UCD.

"Es cierto que los resultados del pasado domingo han dejado un panorama muy complicado, con numerosas combinaciones posibles en cuanto a acuerdos o pactos. A mí me recuerda lo vivido en las elecciones municipales de 1979, donde cerramos un pacto de izquierdas (PSOE, PCE y PSA) que dio un buen resultado para la ciudad (y para el PSOE, ya que en las elecciones siguientes, logró la mayoría absoluta). La situación de ahora guarda una cierta similitud".

Considera Carlos Díaz que otra alternativa, como un acuerdo del PSOE con el PP para mantener a esta fuerza al frente de la Alcaldía, "tendría sus costes, y el PSOE ya ha pagado bastante en la ciudad. No sé si apoyar a Podemos tendrá un alto coste, pero creo que apoyar al PP sí sería pagar un precio mayor".

Ramón Vargas Machuca hace un análisis de la situación que va más allá. Durante años, uno de los principales teóricos del PSOE, optó por dejar la política activa en 1993, aunque la sigue de forma muy directa como analista político.

Su planteamiento tiene una premisa muy clara por lo que respecta a la actitud del PSOE: los pactos deben ser fruto de una política coordinada por la ejecutiva federal en consonancia con la regional. Es decir, nada de barra libre en cada ciudad.

A partir de ahí, aporta una segunda premisa que toma directamente de las raíces históricas del PSOE. "Desde que se restauró la democracia, el PSOE en España ha sido el partido de la centralidad; y por eso ha sido un partido relevante y de referencia. Si quiere seguir siendo un partido central debe marcar el terreno, es decir, determinar el alcance y límites de la negociación. Debe tener claro para qué pacta o si sólo lo hace por una cuota de poder. Y eso condiciona con quién debe pactar, qué y el cómo.

Y en este debate entra si hay fuerzas que deben quedar fuera de esta hipotética negociación. Lo tiene muy claro Vargas Machuca: caben todos los que estén dispuestos a respetar la democracia constitucional. "Este es el horizonte que no se puede rebasar de la negociación porque es el mejor modelo disponible que mejores rendimientos ha producido en paz civil y justicia social. El modelo (criticado, por ejemplo, por fuerzas como la de Podemos), no es responsable de los hirientes incumplimientos reiterados de sus gestores".

Este sentido, ve viable pactos con quienes dentro de este marco "promuevan medidas de regeneración, medidas que demuestren sensibilidad social pero que estén disponibles porque son viables y dependen de los gestores municipales; y no brindis al sol".

Ramón Vargas advierte, en todo caso, sobre los problemas que determinados pactos políticos han provocado en el propio PSOE. "Exceptuando los de las municipales de 1979, al PSOE no le han ido bien los pactos en general. Entonces era un partido en ascenso y que sabía muy bien lo que quería: ser el partido de referencia de la izquierda y que tenía una buena baza para ello, pues su reformismo socialdemócrata era más creíble que el del PCE. Mientras, el ejemplo de los pactos con los nacionalistas ha sido espantoso, al pretender emular a estos en su terreno. Si uno trata de parecer más nacionalista que los propios nacionalistas o más radical que los radicales, entonces está dando motivos a la gente para preferir el original a la copia".

Habla Vargas Machuca de las dos opciones de gobierno: "El PP es el adversario político, con el que se disputa el gobierno, y con el que se puede concertar políticas de Estado; Podemos compite con el PSOE en tanto pretende arrebatarle la supremacía de la izquierda. Una izquierda, la de Podemos, "muy distante a la que ha representando el PSOE en España pero con la que hoy por hoy se puede compartir cierta sensibilidad social y concertar ciertas políticas sociales que alivien o remedien las injusticias sociales más hirientes. Y aunque su capacidad como partido de gobierno no sea fiable, sí son más creíbles su conciencia social e indignación ante las injusticias".

Federico Pérez Peralta es uno de los históricos del socialismo gaditano que más ha aguantado en la primera línea de la política municipal. Para él está claro que hay que cerrar un pacto con las fuerzas de izquierda de la ciudad "como ha pedido de forma mayoritaria el electorado". En todo caso, considera que este debe ser un apoyo crítico, sin entrar en labores directas de gobierno, aunque sí facilitando la investidura de José María González como alcalde. A partir de ahí, un control exhaustivo, negociando cuestiones puntuales del día a día de la ciudad.

Pérez Peralta tiene claro que es inviable un acuerdo con el Partido Popular de Teófila Martínez. "No, no. Ni un pacto ni en España, ni en Andalucía, ni en Cádiz, salvo que estemos en una situación de crisis nacional. El PP debe ir directamente a la oposición y respetar la mayoría electoral de izquierdas. Se merece ir a la oposición, ya mismo".

Radicalmente diferente piensa Daniel Vázquez, uno de los veteranos de los primeros gobiernos locales del PSOE en la capital. Para él, está claro que "se debe dejar gobernar a la lista más votada", que en el caso de Cádiz es la de Teófila Martínez. "Rajoy no lo hizo y se equivocó. Ahora se debe facilitar la gobernabilidad y que los votantes no vean que su participación no sirve para nada". Este apoyo a la lista más votada iría acompañada por un control "a través del documento presupuestario".

Menciona Vázquez algunos problemas que necesitan una solución urgente y que difícilmente se puede alcanzar con determinadas fuerzas políticas. "La situación social de pobreza -destaca- no se soluciona con este tipo de alternativas (mencionando a Podemos) y sí con un gran pacto de Estado, que en su día fue el origen del Estado de Bienestar". Advierte que seguir adelante con acciones pretendidas por estas fuerzas emergentes "nos acercaría a las tesis previas a la situación griega. Teniendo en cuenta que no hemos salido de la crisis, sería una decisión muy grave para todos".

Tras la caída de Carlos Díaz y la posterior derrota del PSOE ante el PP de Teófila Martínez, Rafael Román ha sido el único candidato a la Alcaldía por los socialistas capaz de aguantar dos mandatos frente a los populares, logrando además los mejores resultados de este recorrido por el desierto. Ironiza en este sentido recordando que en los comicios del 2003 logró el mismo número de concejales que José María González y más votos, a la vez que tuvo que hacer oposición en la etapa más potente del gobierno del Partido Popular.

Atendiendo a los resultados del pasado domingo, Román tiene claro que hay que estar atento "al sentimiento de la ciudad, intentando sintonizar con la mayoría de la opinión pública. Y si Teófila ha bajado tanto, eso quiere decir que encabeza una fuerza que es muy difícil ser apoyada".

En este sentido ve más viable un apoyo a Por Cádiz si se puede. Pero antes deja claro una exigencia: que esta formación reconozca de forma pública que el PSOE es una formación de izquierdas y que se diferencia claramente del Partido Popular. "Ellos dicen que el PP y el PSOE son lo mismo, y ellos lo deben de aclarar", constata el veterano político socialista.

Deja en manos del grupo municipal socialista la decisión final sobre si hay que apoyar y sobre si hay que entrar o no en el equipo de gobierno que encabece Por Cádiz sí se puede, rechazando la intervención de los órganos regional o nacional y teniendo claro que "va a ser una decisión muy complicada".

Coincide con otros compañeros en que las promesas planteadas por la marca gaditana de Podemos "deben de pasar por el tamiz de los presupuestos municipales. Me temo, sin embargo, que habrá mucha política de gestos y pocas nueces", mencionando promesas difíciles de cumplir, sobre todo por el coste económico que ello supondría, como la municipalización de determinados servicios municipales.

Reclamó, eso sí, elegancia en la gestión, recordando la "política de tierra quemada" que respecto a la larga gestión de Carlos Díaz hizo Teófila Martínez. "Aunque habrá que aclarar lo que haya que aclarar sobre el trabajo del PP en estos veintena años", pidió seriedad ante lo realizado por parte del futuro equipo de gobierno.

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