"La crisis es un horror porque no hay trabajo. Los privados están con miedo con el euro. Lo público no tiene un duro. No hay proyectos. Yo, en Portugal, estoy haciendo concursos para fuera. Alguno, de vez en cuando, lo gano. Los jóvenes están emigrando para Brasil, para las antiguas colonias como Angola o Mozambique". Ante esta reflexión, el arquitecto portugués Eduardo Souto de Moura, se considera "realista más que pesimista". No le queda otra. La profesión que ejerce es una de las más castigadas por el estallido de la burbuja inmobiliaria. Ayer, con el recién ganado Premio Pritzker de Arquitectura 2011 en el bolsillo, clausuró con una conferencia pronunciada en el Oratorio de San Felipe Neri el ciclo 'Ultramar', organizado por el Consorcio del Bicentenario y el Colegio Oficial de Arquitectos de Cádiz (COAC).

Aunque por su prestigio no le falta el trabajo, no deja de lamentar el negro futuro de las nuevas generaciones de profesionales de la arquitectura. "La situación es mala. Había una nueva generación muy preparada en Portugal. En un congreso de arquitectura en Sagres había 11 arquitectos de un nivel altísimo. Esta gente está emigrando. Y no van a volver porque la arquitectura no es una cuestión de días, es para muchos años", manifestó al término de su intervención. En la misma, refiriéndose a su actuación en la rehabilitación del Convento de las Bernardas en Tavira, en el Algarve portugués, arrancó las risas del respetable contando un ligero encontronazo con un arqueólogo a cuenta de una fuente que parecía de valor. Fuera de micrófono, Souto declaró que no le gusta "la gente que cree tener la certeza de todo. La historia es muy importante, pero no entiendo la sacralización de lo antiguo". Aprovechó para recordar que en el metro de Nápoles, trabajando con Álvaro Siza, "a cada medio metro salía un romano, un griego o un fenicio... se paralizaba todo. Ocho años tardaron en hacerlo". Nada que nos coja por sorpresa en Cádiz.

A la capital gaditana se refirió calificando de "muy bonita" su estructura. "Lástima que en los 50 y 60 se hicieran, como en toda Europa, horrores. Mas con el tiempo esto se va a recuperar", añadió. El arquitecto luso tuvo elogios para los gaditanos: "La gente es muy simpática, con crisis es gente alegre, no sé si esto en normal en otro sitio". También con filosofía se tomó la derrota de la selección de su país en la Eurocopa a manos del combinado español. "Podría haber venido aquí en otras condiciones, pero bueno, mejor España que otro", afirmó.

Souto de Moura, coleccionista de citas, tomó prestado de una obra del escritor francés Boris Vian el título de la conferencia, 'La espuma de los días'. Explicó dos proyectos distantes en carácter y tiempo: la actuación urbana en la Ronda Marginal de Matosinhos, en Oporto, y la Rehabilitación del Convento de las Bernardas en Tavira, rodeado por salinas y convertido en un conjunto residencial.

Participaron en el acto Pedro Flores, gerente del Consorcio del Bicentenario; Víctor Gómez, decano del Colegio de Arquitectos de Cádiz que aprovechó para entregar a Souto el nombramiento como colegiado de honor, concedido en febrero por la junta de gobierno de esta institución colegial; y Óscar del Río, arquitecto y director de diseño de la empresa Ferram, patrocinadora de la conferencia y con experiencia de trabajo junto a Eduardo Souto, quien diseñó para esta firma la lámpara 'Saturno 5', dentro de su proyecto Architects on Design, que estudia la relación entre el diseño industrial y la arquitectura. El prototipo de la lámpara lucía anoche en la mesa de la conferencia en el Oratorio.