El doctor en Historia ha publicado una nueva edición de su obra 'Los diputados doceañistas'. García León es una de las personas que más han trabajado por sacar a la luz todo lo que aconteció en Cádiz en aquella época.

-Se han escrito muchos libros en los últimos tiempos del Doce, sin embargo éste plantea algo inédito como es un perfil exhaustivo de cada uno de los diputados que participaron en las Cortes de Cádiz que alumbraron la Constitución de Cádiz.

-Estos libros son la ampliación de un trabajo que salió publicado hace seis años donde se ha puesto al día, se ha revisado y se ha incluido nueva información. La verdad es que había un clamoroso vacío bibliográfico y es curioso que si se consultaba a los distintos autores no llegaban ni siquiera a coincidir en el número de diputados que hubo. Después nos hemos quedado en diez o 12 nombres y parece que el resto de los diputados casi no existía. Esta publicación tiene dos volúmenes. En el primero de ellos se hace un estudio sociológico y político mientras que en el segundo ya se entra en la biografías de cada diputado. Creo que sí puede ser una obra innovadora por ello.

-¿Cómo se agrupaban los diputados en un momento en el que todavía no existen los partidos políticos?

-Hay que tener en cuenta que estamos en los inicios del parlamentarismo. Los partidos políticos no existen pero sí se atisban tendencias. El grupo liberal no era mayoritario pero sí tenía muy definida la ideología y contaba con líderes con las ideas muy claras y muy audaces. Sin embargo, el grupo más numeroso es el de los conservadores, que recibieron numerosas denominaciones desde realistas a reaccionarios. Aunque tiene a gente muy importante como Inguanzo y Ostolaza, no tienen a un líder muy definido ni una idea muy clara.

-Si los conservadores eran mayoritarios y no había disciplina de voto, ¿se cambiaron muchos de bando durante Las Cortes?

-El gran éxito de los liberales es que estaban más cohesionados y tenían lo más parecido a una disciplina de voto. Hay secuencias que se repiten siempre en su comportamiento. En los conservadores no hay un líder capaz de aunar esa posible disciplina de voto. En Las Cortes hay una concepción distinta de entender el Estado. Los liberales buscaban un Estado unitario, mientras que los conservadores eran más autonomistas y foralistas. El modernismo, lo que nos había llegado de Francia, era llegar a ese estado unitario.

-¿El consenso de la Constitución de 1812 es una falacia que ha pasado a la historia?

-La única Constitución española en la que realmente ha habido consenso ha sido la de 1978. En la de Cádiz, dos días antes de ser promulgada todos tienen que jurar la Constitución de Cádiz y hay diputados que se niegan. Un vasco incluso dice que va en contra de los intereses de su zona. Al final todos estos que se negaban la juraron por imperativo legal.

-Después de haberlos estudiado a todos. ¿Cuál es su diputado preferido?

-Para mí el gran olvidado ha sido Muñoz Torrero, un cura que había sido rector de la Universidad de Salamanca. Fue un gran innovador y fue el que proclamó por primera vez en un discurso la Soberanía Nacional, la división de poderes... Sin embargo acabó muy mal ya que fue asesinado a golpes por los sicarios de Fernando VII en Portugal.

-¿Los diputados de ultramar llegaron a formar un bloque ideológico?

-Fueron 67 diputados y de ellos había tres de Filipinas. Hay que tener en cuenta que los territorios españoles eran inmensos y las comunicaciones entonces no son las de hoy. Un mexicano no había visto nunca a un argentino. La mayor parte de sus reivindicaciones eran para mejoras para carreteras, el comercio, para los indios, era básicamente una política de terruño. El único que tiuvo realmente una visión de Estado fue Mejía Lejerica. Los conservadores lo tenían por liberal y los liberales por americanista.

-Hablamos de la Cortes de Cádiz y su Constitución pero ¿hubo diputados gaditanos en ella?

-Llegó a haber cinco diputados de Cádiz. José Cerero de Rivera, Vicente Terreros, Alonso Torres Guerra, Andrés Morales y Pedro Antonio Aguirre.

-Es curioso que ninguno tenga una calle.

-Tuvieron un papel muy secundario.