Bicentenario

Un templo para imaginar la libertad

  • El Oratorio abrió ayer por primera vez sus puertas al público para el concierto de cámara del Cuarteto Quiroga · Gaditanos y visitantes mostraban su entusiasmo ante el resultado de los trabajos de restauración

Era la primera vez que el Oratorio de San Felipe Neri se abría al público y la expectación era máxima. Antes de las ocho de la tarde se formaba la cola para acceder a este lugar clave dentro de las celebraciones del Bicentenario. La excusa era ver el concierto de cámara del Cuarteto Quiroga, pero el objetivo de muchos de los presentes era otro: conocer el resultado de un proceso de restauración que ha durado años.

Una luz tenúe, que creaba un ambiente solemne y sobrecogedor, daba la bienvenida a los visitantes, quienes ocupaban sus asientos ordenadamente. Las miradas se dirigían a varias zonas del Oratorio, pero la mayoría se posaba en dos puntos concretos: la Inmaculada de Murillo y la impresionante bóveda que culmina la estructura.

Todos, gaditanos y foráneos, eran advertidos de que entraban a un templo sagrado y que el uso de cámaras fotográficas y teléfonos móviles no estaba permitido. Pero no hacía falta, porque cada uno de ellos parecía dispuesto a guardar en la memoria su propia imagen del momento que estaban viviendo.

Es lo que le sucedía a María de los Ángeles, una zaragozana que recorría el Oratorio observando cada pequeño detalle. "He venido a Cádiz exclusivamente por La Pepa y seguramente ni me quede al concierto, porque conciertos podré ver muchos en mi vida, pero conocer el Oratorio desde dentro, quizá sólo pueda hacerlo hoy".

Y es que María de los Ángeles contaba que "es la tercera vez que estoy en Cádiz, pero nunca he podido acceder a este lugar". Parece que la espera mereció la pena porque "siento una emoción muy especial por estar aquí. Lo que más ilusión me hace es imaginar a los diputados hace doscientos años discutiendo por las libertades", relataba.

Sobre el estilo predominante, la zaragozana apuntaba que"es muy barroco, pero hay escenas en las que se ha rebajado un barroquismo excesivo al prescindir del dorado". También le llamaba la atención "la arquitectura, que es muy bonita. He estado en pocos templos que tengan esta forma ovalada".

Felipe y su esposa, ambos madrileños, también habían viajado a Cádiz expresamente para participar en la conmemoración del 19 de marzo. Subrayaba que "la restauración ha sido magnífica", porque ya había acudido en otras ocasiones y pensaba que "le hacían falta unas mejoras". Para él, la actuación del Cuarteto Quiroga era la herramienta perfecta para entrar en el Oratorio, del que admiraba por encima de todo, "la cúpula, que es impresionante". La única queja de este matrimonio: la desinformación que según ellos existe sobre los horarios para acceder al templo de Santa Inés.

Otro de los visitantes era Ignacio, un riojano "que lleva 40 años viviendo en Navarra", apostillaba. Para él las sensaciones eran cercanas a "estar flotando, porque he leído bastante sobre el tema y nunca había entrado. Me siento un poco extrañado por el resultado, porque me transmite muchas emociones y me hace imaginar lo que pudo pasar aquí hace doscientos años", comentaba.

Pero no sólo había espectadores de otros puntos del país. También muchos gaditanos quisieron conocer desde dentro cómo había quedado uno de los enclaves más importantes en la historia de la ciudad.

Juan García decía que "la impresión ha sido buena, sobre todo después del tiempo que se ha tardado en llevar a cabo la restauración". Pero parece que la labor ha dado sus frutos. "La restauración ha sido magnífica, y me produce una inmensa alegría que esté de nuevo en el Oratorio la Inmaculada de Murillo". Sólo echaba en falta un detalle: "que no esté el sagrario, sobre todo porque el domingo habrá aquí una misa".

La opinión de Alfonso, sentado en las primeras filas, no difería mucho de la de Juan. Al ser preguntado por el aspecto que ofrecía el Oratorio, respondía que "es una auténtica maravilla". Confesaba que "he venido a todos los conciertos que se han desarrollado aquí, y por eso no podía faltar al de hoy. Me ha gustado mucho el resultado, aunque este lugar por sí solo ya es bastante impactante", concluía.

Lucía, una joven restauradora de Puerto Real, observaba con fascinación el templo, y daba una opinión basada en criterios más profesionales. "Los trabajos han dado muy buen resultado, porque el conjunto en sí ha recuperado el sabor de momento, se ha respetado el original", manifestaba.

Dice conocer el proyecto en el que se basaron los arquitectos y por eso piensa que "el trabajo de la estructura ha sido muy importante, sobre todo por los refuerzos que se han hecho en la bóveda. Ha sido un proceso minucioso y muy interesante".

El Oratorio ya tiene sus puertas abiertas. Es el momento de disfrutarlo. De que cada gaditano y visitante muestre lo que piensa sobre un lugar, que a día de hoy, es capaz de trasladarnos a unos hechos que hace doscientos años, fueron capaces de trastocar para siempre nuestra historia.

03153017

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