Militantes. No sólo de unas u otras siglas (algunos sí, otros no). Militantes. No bajo un solo paraguas ideológico. Militantes. Sin edad. Sin perfil concreto. Militantes ciudadanos. Militantes de la conciencia social. Agitadores del anestesiado nervio ciudadano o simples gaditanos indignados (concepto puesto de moda por  Stephane Hessel) se juntaron de nuevo para hablar, debatir, reflexionar y, más interesante, proponer las nuevas vías de acción en Cádiz del movimiento 15-M, Democracia Real Ya, durante una nueva asamblea celebrada en la plaza del Palillero que dobló la participación con respecto a la del pasado martes.

Alrededor de unas 300 personas se dieron cita en este ágora en los momentos más álgidos de la reunión que comenzó oficialmente a las ocho de la tarde y que se extendió durante algo más de una hora. Dos megáfonos daban vueltas por el Palillero, de mano en mano. Manos juveniles, tanto como las de Iñaki, que a sus doce años no confía en los partidos políticos, o como las del treinteañero Jesús, que apuesta por buscar los puntos en común de esta variada amalgama de ideologías y opiniones para salir fuertes de esta concentración permanente (están acampados en El Palillero desde el martes) que se prevé que continuará hasta mañana con una acción “legal, cantosa y, evidentemente, pacífica”, como propuso otro ciudadano, seguramente dirigida contra los bancos.

Sobre estos puntos –“cuándo irnos y cómo irnos para seguir trabajando después en nuevas acciones ya sin estar acampados”, según uno de los portavoces– se debatía, de manera más difusa, durante la gran asamblea de la tarde y de forma más concreta, previsiblemente, durante la pasada noche.

“La noche del martes fue muy productiva porque nos dividimos en grupos pequeños (comisiones) cada uno encargado de un área (información, cartelería, contenidos...) de donde salió el comunicado en el que se explican las intenciones de este movimiento”, relata Mónica, una de las portavoces de la plataforma.

Javi y Nieves, una joven pareja que estuvo ayer en la asamblea y que participó en las reuniones del martes hasta las cinco de la mañana, dan fe de estas palabras. “Se trabajó muy bien y muy organizados. En una horilla salió el comunicado”. Para Jesús la noche también fue productiva “aunque hace falta más gente en el turno de la mañana”. Y es que ayer se comunicó a los ciudadanos la intención de establecer una serie de tres turnos  (de 8.00 a 16.00- de 16.00 a 00.00 - de 00.00 a 8.00) para que siempre haya un buen número de personas en la plaza informando a los transehúntes. “Aunque no son turnos estrictos, cada uno que se pase cuando pueda, una hora o veinte”, se concluyó al final.

La decisión de la Junta Electoral de acabar con la concentración de Sol, en Madrid, y las intervenciones policiales en Sevilla y Granada también fueron comentadas durante la reunión. Todos parecen convencidos. Hay que resistir. Para ello, ya hay varias cabezas que le dan vueltas a la activación de un “plan B” en el caso de desalojo.

“Nos tienen miedo porque no tenemos miedo” o “La Junta Electoral nos ha dado un motivo más para salir a la calle”, son algunas de las entradas que se pueden leer en redes sociales como Facebook  o Twitter con respecto a la decisión tomada en la capital del país. Opiniones que se reproducían en una plaza, primero, abarrotada de cuerpos en pie, más tarde y  en más bella estampa, tapizada de ciudadanos sentados  que se escuchaban  y aplaudían agitando sus manos sin hacer el más mínimo ruido.

Respeto. La máxima es el respeto. Al entorno urbano y a las opiniones de los demás.  De izquierda a derecha. Para ello, se lee y se relee para las nuevas incorporaciones una serie de normas sobre comportamiento cívico y sobre las maneras de intervenir y trabajar con el movimiento 15-M. 

Se pasa una hoja para intercambiar e-mails, se apuntan a los grupos de trabajo, se facilita el correo electrónico de la plataforma (concentracioncadiz@gmail.com) y la dirección del blog permanentemente actualizado (http://concentracionpermanentecadiz.blogspot.com). Esto es nuevo y es antiguo. Es  extrañamente natural. Es hermoso. Es alentador.

Jóvenes. Sí, muchos jóvenes, con ideologías concretas a cuestas en sus mochilas o sólo repletas de apuntes de la facultad. Pero también veteranos con experiencia política, como Gervasio Hernández, o como aquel pintoresco señor mayor que con bastón y sombrero escucha atento desde la puerta de una perfumería. O aquel que megáfono en mano habla del Mayo del 68 y de que lo podemos mejorar.

Propuestas. Sí, muchas propuestas. Cambiar el sistema electoral, mayor participación ciudadana en las decisiones importantes de los gobiernos a través de las redes sociales, demostrar como los grandes partidos políticos se han vendido a los mercados, extender el movimiento por la provincia... Todo entra en el debate en coctelera enriquecedora y nutritiva. Todo. Pero  con objetivos inmediatos a seguir. El principal, hacer visible el malestar ciudadano. Que se escuche su voz.

El movimiento 15-M está vivo tras el 15-M. ¿Dónde va? ¿En qué quedará? ¿Es utópico? ¿Es real? La palabra la tiene el ciudadano. Colocado, de nuevo y después de muchos años, en el centro del ágora.