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Cádiz

Llega a Cádiz la plaga más temida por las palmeras

  • Algunos ejemplares de la avenida del Guadalquivir, de la Alameda y la plaza de España ya están afectadas por el picudo rojo, que devora estas especies

El picudo rojo ya está aquí. Es la plaga que más temen las palmeras ya que con sus apenas dos centímetros de tamaño consigue acabar con ellas porque una vez que se extiende por el tronco de las palmeras, es muy difícil acabar con ellos.

Otras ciudades de Andalucía han sufrido en sus carnes los efectos del devastador picudo rojo (Rhynchoporus ferrugineus) desde que hace 15 años apareciera por primera vez en Nerja (Málaga) y en Almuñécar (Granada), cuando se importaron palmeras adultas procedentes de Egipto.

La concejal de Parques y Jardines, Carmen Obregón, ya sabía que en algún momento detectarían la presencia de esta especie de escarabajo. Así, hace apenas dos meses, el 4 de octubre, se descubrió en una palmera de la avenida del Guadalquivir y 20 días después en otro ejemplar en la Alameda Apodaca. Obregón afirma que hay otra en la plaza de España que tiene un 90% de posibilidades de que también esté infectada.

El picudo afecta principalmente a la palmera canaria, de las que hay unas 250 en toda la ciudad.

Para ello, Parques y Jardines ha iniciado un tratamiento para tratar de coger a tiempo esta plaga y que la situación no acabe con la muerte de muchos de los ejemplares. Para ello, se ha contratado un camión con una canastilla para la fumigación y el producto necesario, de manera que los trabajos lo hacen dos operarios durante la noche.

Según Carmen Obregón, el coste mensual para luchar con contra el picudo rojo es de 4.500 euros. El producto que se utiliza tiene el nombre comercial de Confidor, que es el que se pone en un primer instante. ya después en una segunda fase se utilizan nemátodos, que son unas lombrices muy pequeñas que parasitan al picudo rojo.

Este animal es originario de sudeste asiático y Polinesia, aunque parece que llegó a España a través de unas palmeras adultas importadas de Egipto. En España se han visto en las dos palmeras más comunes, la llamada datilera y en la canaria, especialmente en los pies machos de las mismas.

La larva del picudo penetra por el capitel directamente al tronco, labrando galerías de hasta un metro de longitud. Las galerías parten de la corona y se ramifican por el interior del tronco. Eso hace que las hojas centrales empiecen a amarillear y se marchitan, de forma que en pocas semanas, la práctica totalidad de la corona se vea afectada, originando la muerte de la palmera. Si las galerías dañan la yema apical, el fin de la palmera será el mismo.

Los síntomas se manifiestan con el retorcimiento de las hojas más externas sobre el nervio central, que adquieren un tono pajizo o se caen.

Los daños causados por las larvas no son visibles hasta un estado muy avanzado, y cuando los primeros síntomas de la infestación aparecen, son tan graves que resultan generalmente la muerte de la palmera, ya sea canaria o datilera.

Los ejemplares que estén muy afectados o muertos deben arrancarse y quemarse para evitar la salida de adultos y su dispersión.

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