Cádiz

La crisis ahoga a la Iglesia y dificulta su labor asistencial y pastoral en Cádiz

  • La mitad de los ingresos se obtiene gracias al dinero que aportan los fieles aunque la Diócesis teme que la cifra baje este año y en 2010 por culpa de la mala situación financiera

La Diócesis de Cádiz, que abarca a buena parte de la provincia con una población global que ronda las 800.000 personas, además de la ciudad autónoma de Ceuta, nunca ha sido financieramente boyante cerrando cada año en situación de déficit.

Sin embargo, el hundimiento de la economía en todo el país ha supuesto un golpe especialmente dañino para las arcas de la Iglesia de Cádiz y Ceuta hasta el punto que se han tenido que ralentizar o simplemente parar proyectos de construcción de nuevos templos largamente esperados, a la vez que se tienen más problemas de los habituales a la hora de sacar adelante los numerosos programas asistenciales que gestionan las parroquias de la provincia.

La demanda de familias necesitadas se ha disparado superando las posibilidades de actuación de las comunidades parroquiales y de Cáritas por cuanto la Iglesia como tal cuenta con escasos ingresos.

La Diócesis aportó ayer los datos económicos correspondientes a 2008, cuando la crisis aún no se había dejado sentir de lleno. Según estos datos, los gastos ordinarios superaron los 8 millones de euros; frente a ellos, los ingresos ordinarios estuvieron por encima de los 9 millones. Con estas cifras el año podría haber concluido con un superávit que rondaría el millón de euros, pero lo que la Iglesia no aporta son los gastos extraordinarios que se han ido acumulando a lo largo de este ejercicio.

Gastos millonarios que ha habido que asumir aún cuando, se reconoce desde la propia Diócesis, "los ingresos extraordinarios suman cero euros". Como curiosidad, hace años que la Iglesia de Cádiz no sabe lo que es recibir una herencia de algún feligrés que palie la precariedad de medios que tiene. El déficit vuelve a aparecer de nuevo. La cifra no se aporta pero sí es millonaria, como en años anteriores.

En cuanto al 2009, a menos de dos meses de cerrar el ejercicio la situación es aún más delicada. Y peor será el 2010, según las previsiones que se manejan desde la propia Iglesia.

Francisco Granado, ecónomo de la diócesis, el encargado de las administración general de bienes de la misma, reconocía ayer a este periódico la extrema gravedad de las situación financiera por la que atraviesa la Diócesis gaditana, una de las más pobres del país.

Granado aludía a que el déficit, provocado por gastos extraordinarios como la rehabilitación del Hospital de San Juan de Dios, que no se ha parado por el compromiso adquirido por el propio obispo, monseñor Antonio Ceballos, con los empleados, y determinadas obras de urgencia, como las llevadas a cabo en la parroquia de San Antonio, se suple con financiación externa, es decir, a través de créditos bancarios.

Curiosamente, en el año que ha sido el preámbulo de la dura crisis que ya se soporta en el 2009, la Iglesia constata un incremento en la aportación voluntaria de los rieles (colectas en los templos para fines propios y para otros como los de Manos Unidas, Misiones, Caritas, además de los ingresos por los servicios administrativos).

Éstos dejaron 5.104.776, 84 euros a lo largo de 2008, lo que supuso un 8% más de lo recaudado un año antes. Esta millonaria cantidad es esencial para evitar la quiebra de la Diócesis pues por si sola supone el 54% del total de los ingresos, cuatro puntos más que la media nacional. Sólo se produce un leve descenso, del 0,23% en las aportaciones a través de suscripciones o cuotas fijas. Aunque puede parecer una disminución imperceptible, desde la propia Iglesia se alerta de su importancia pues la única asignación fija y por la que se basan a la hora de elaborar las cuentas anuales, temiendo por ello una incidencia más negativa en 2009 y 2010 por culpa de la crisis económica que sufre el común de las familias gaditanas.

Muy lejos quedan el 17% de ingresos obtenidos respectivamente a través de la asignación tributaria y por el rendimiento del patrimonio eclesiástico, respectivamente, a lo que se une el 12% restante con ingresos corrientes.

Frente a ello, los gastos se centran especialmente en la conservación y funcionamiento del amplio patrimonio inmobiliario que posee la Diócesis, que le supuso en 2008 un gasto que rondó los 3 millones de euros; dos millones y medios se destinaron a acciones pastorales y asistenciales; la retribución del clero se llevó algo menos de los dos millones mientras que la de los seglares se quedó en un millón.

Pero lo que no se determinan en las cuentas ofrecidas ayer son los gastos extraordinarios que, a fin de cuentas, son los que han dislocado los presupuestos de la Iglesia.

Así, la ejecución de determinados proyectos como la construcción de templos allí donde se vienen reclamando desde hace años como la ejecución de obras de mejora en edificios en precario estado, han supuesto inversiones no previstas. El proyecto del centro asistencial para la tercera edad que se construye en el Hospital de San Juan de Dios, una de las actuaciones más ambiciosas que ha emprendido la Diócesis, ha supuesto un elevado desembolso y un importante endeudamiento que "si no hubiera sido por su importancia social y por la apuesta realizada por el propio Obispo, en otra situación este proyecto se hubiera paralizado", reitera el ecónomo.

Con esta situación, la búsqueda de financiación privada, a través de fundaciones de entidades bancarias, se plantea como la única fórmula para conseguir ingresos que no se tienen y para poder sacar adelante proyectos de recuperación del rico patrimonio eclesial.

Por otra parte, la diócesis apuesta por la denominada suscripción periódica, la cuota fija que les permita afinar sus presupuestos al disponer de cantidades con las que poder contar, a las que también ha afectado el pasado año la crisis.

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