Viene de El Puerto, del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 4, donde en numerosas ocasiones, explica, se ha ocupado de casos de violencia de género y de violencia doméstica en general.

-¿Le ha llamado ya algo la atención en este nuevo Juzgado?

-Sí. Que la inmensa mayoría de los casos son de parejas muy jóvenes; de 30 años para abajo la mayoría. Del 82, 83, 84... Es lo habitual. Con hijos comunes de uno a dos años, con convivencias cortas que se rompieron. Eso es lo que está entrando de momento. A veces, más que un problema de violencia de género es un problema de falta de educación. Hay mucho insulto y mucha amenaza. El "como te vea con otro te mato, te vas a enterar" es lo más habitual. No sé si me estaré volviendo muy antigua pero es mis tiempos una discusión entre novios no iba acompañada de insultos como hijo de puta, capullo, cabrón... Como eso es una falta y ahora parece que entre ellos es lo normal, su forma de expresarse, pues a la mínima están en el Juzgado.

-¿Cree que la violencia contra las mujeres ha aumentado en los últimos años o que antes había la misma y no tantas denuncias?

-Es evidente que las denuncias interpuestas por mujeres han venido aumentando paulatinamente durante los últimos años, basta con observar los datos del Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género. Ahora bien no creo que de ello pueda extraerse como conclusión un aumento de violencia contra la mujer, sino que responde a una variación del ámbito en la que se desarrolla y se padece. Ha dejado de ser un tema estrictamente privado y en cierta medida vergonzante. Ha aumentado la conciencia social sobre este problema y han aumentado las denuncias interpuestas por familiares y vecinos.

-¿Es partidaria de publicar listas de nombres de condenados por maltrato?

-No, en absoluto. Ni desde el punto de vista jurídico ni práctico. Al margen de que desde mi punto de vista supone una clara vulneración de derechos fundamentales de la persona recogidos en la Constitución, en el artículo 18, no alcanzo a comprender qué beneficios pueden desprenderse de publicar esas listas.

-¿Hay quien sostiene que publicar destacada y retiradamente noticias sobre agresiones a mujeres está provocando por emulación que haya más casos. ¿Qué opina sobre esto?

-No creo que sea yo quien deba sacar conclusiones sobre este extremo. Serán los sociólogos y los psicólogos los que hayan de valorar los datos y sacar las oportunas conclusiones.

-Crecen las quejas sobre casos de simulación de agresiones, de denuncias falsas. ¿Cree que hacen falta nuevos filtros o que existen suficientes?

-Entiendo que los filtros que hay hoy son más que suficientes. No se puede evitar o impedir al ciudadano en general que interponga una denuncia, aun a riesgo de que en ocasiones pudieran perseguirse con ellas fines particulares, como la obtención de ayudas o una mayor celeridad en la obtención de pronunciamientos civiles. Pero no puede olvidarse la existencia de un filtro básico y fundamental, que no es otro que el sentido común del juez, que es quien en última instancia resuelve sobre las pretensiones de las partes. En uso de su facultad decisoria, de su valoración personal, de las circunstancias y de su formación jurídica, el juez está capacitado para dar la debida solución y respuesta en estos casos.

-En Andalucía comenzarán a utilizarse pulseras con GPS para maltratadores con orden de alejamiento. ¿Qué le parece este método?

-Puede resultar un medio útil, siempre y cuando exista la debida coordinación y respuesta inmediata ante la situación de riesgo que se plantea por los encargados de proporcionarla. Pero creo que no puede olvidarse que es un último remedio, una vía más para garantizar la protección a la víctima cuando otras actuaciones previas han resultado inútiles.

-¿Qué factores cree que influyen en la violencia de género?

-Factores socioculturales fundamentalmente y además históricamente arrastrados en el tiempo. La misma exposición de motivos de la Ley Orgánica 1/04 recoge cómo la ONU en 1955 ya la define como una manifestación de las relaciones de poder históricamente desiguales entre hombres y mujeres. Por ello considero que el mayor esfuerzo debe centrarse en el campo educativo, tanto en relación a los menores como en la formación de adultos y de todos aquellos que desde los distintos ámbitos puedan llegar a tener relación con las posibles víctimas de la violencia de género. Pero no sólo la mujer, sino también los hijos de las víctimas. Porque no pueden olvidarse las negativas consecuencias que este tipo de conductas puedan tener sobre los hijos menores de las parejas afectadas.

-¿Se ha planteado algún objetivo especial?

-No. Ahora bien, aquí los sentimientos se encuentran a flor de piel, hay situaciones que generan sufrimiento y desasosiego en mujeres que buscan el auxilio judicial. Así que un objetivo que debemos cumplir todos en el Juzgado es proporcionar a la víctima el ambiente adecuado para que declare.