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Cádiz

"El edificio se ha ganado el indulto y ha hecho historia"

  • Los dos especialistas contratados por la Junta justifican su apoyo al mantenimiento de la Aduana al movimiento ciudadano creado para evitar la prevista demolición

"Si utilizáramos el símil taurino, estaríamos ante una petición mayoritaria de indulto, a la que difícilmente pueden sustraerse ni el veterinario, ni los asesores ni el presidente de la corrida. El pueblo ha encontrado razones que, a veces, la razón no encuentra. Pero sea como fuere, y al margen de la decisión que se tome sobre su conservación o derribo, el edificio se ha ganado el indulto y ha hecho historia".

De forma tan peculiar como contundente concluye la valoración general que sobre el edificio de la Aduana han realizado los dos especialistas contratados por la Junta de Andalucía para fijar una postura sobre su futuro: el derribo o no del edificio.

Alberto Villar, catedrático de Historia del Arte de la Universidad de Córdoba, y Óscar da Rocha, doctor en Historia del Arte por la Autónoma de Madrid, firman el documento en base al cual la Delegación Provincial de Cultura ha incluido a la Aduana en el catálogo del Patrimonio Histórico Andaluz, impidiendo el derribo ya previsto dentro del Plan Plaza de Sevilla.

El informe está fechado en el mes de febrero de 2008, por lo que la Junta ha tardado cerca de un año en darlo a conocer públicamente. Ayer, por fin, el expediente llegó al Ayuntamiento de Cádiz, que ahora estudia llevarlo ante los tribunales.

El documento elabora una serie de conclusiones (que se incluyen íntegramente en esta página) y resume todas las opiniones en favor y en contra del edificio, proliferando especialmente los aspectos en defensa del inmueble.

Pero lo más sustancioso, pues sobre ello se basa la decisión final de permanencia de la Aduana, se centra en la primera parte del estudio.

Los especialistas contratados por la Junta destacan que el estilo del edificio asume los cánones de la época en la que se construyó, los años cincuenta del pasado siglo. "Desde el punto de vista estético, la Aduana participa de su tiempo de este modo dual: aceptando, por un lado, el programa de la arquitectura oficial -al exterior- y aplicando al interior la estética de la decoración modernista". Se considera así que la finca cumple estrictamente con "las posibilidades estéticas del momento en que fue concebida, con dignidad y criterio artístico". Y con esta premisa, los profesores se preguntan si "es esto suficiente para avalar la permanencia patrimonial de un edificio". La respuesta no puede ser más clara: "Indudablemente no".

Con ello, la base del argumento se centra en el movimiento ciudadano promovido por el Foro en defensa de la Aduana, algo que el informe considera que "no debe pasarse por alto", pues considera que de no haberse producido, el edificio "estaría probablemente ya destruido", destacando que "los edificios construidos bajo las pautas del régimen anterior no han tenido buena prensa durante la Democracia, al margen de sus posibles valores".

Constatan que el movimiento ciudadano "constituye por sí mismo parte de la historia del edificio y le da carta de naturaleza como elemento patrimonial. Es evidente que se han puesto las bases de una decisión democrática y que este edificio tiene hoy por hoy argumentos de defensa de los que no han disfrutado otras obras de arquitectura".

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