El equipo de Gobierno municipal bajó un poco las expectativas a los inversores de la clínica privada que quiere ubicarse en el edificio de oficinas del antiguo complejo industrial de Altadis. El acercamiento del que se hablaba desde el Grupo López Cano, el concejal de Urbanismo, Martín Vila, lo llevaba a una espera hasta que la Zona Franca de Cádiz presente la modificación de los usos que se le tiene que hacer a este inmueble, que actualmente es de industrial.

Martín Vila insiste en que el Ayuntamiento no le puede garantizar su inversión porque, entre otras razones, todo este cambio encierra una gran complejidad técnica. Así, reiteró que hay unos plazos que cumplir que es posible que no casen los de la inversión. Entre otras cosas afirma que además del cambio de uso, también hay que ver qué parte del edificio es el que se encuentra dentro del terreno portuario, lo que contribuye a generar más dificultades.

En este sentido volvió a insistir en que no se podrán pronunciar en un sentido o en otro hasta que no tengan encima de la mesa una solicitud. Así señaló que "el que no está mostrando certeza es la Zona Franca que no ha presentado nada. Cuando lo haga con su correspondiente informe medioambiental, entonces ya se verá".

Martín Vila se mostró muy cauto y añadió que "lo que me genera inquietud es que se creen unas expectativas cuando len los técnicos lo que se genera es mucha complejidad".

Vila incidió que él hace sus declaraciones "en base a unos criterios técnicos" y dejó muy claro que "no voy a hacer como en el pasado, donde se ponían vallas diciendo que se iban a crear 5.000 puestos en la Zona Franca de los que no sabemos absolutamente nada". El delegado de Urbanismo concluyó diciendo que este asunto "no depende sólo de la voluntad".