La saga de Harry Potter respira en la magia y es, en sí misma, mágica.  Su cualidad feérica es perceptible por cualquiera que se acerque a ella. Su origen roza lo mistérico -esa joven madre soltera escribiendo los primeros capítulos de la historia de café en café en la capital escocesa- y su atmósfera convoca a la maravilla de tal manera que casi puedo uno tocarla -una característica que comparte con los antiguos colleges de Edimburgo, que parecen llamar ellos solitos a la niebla entre las piedras y sobre los adoquines-. La generación anterior a los potterianos puede comprender gran parte de la fascinación que ejerce si decimos que Rowling realizó una actualización de Torres de Malory con trucos de magia, fantasía y el siempre recurrente mito del elegido, del paria hecho rey. O mago. Rey mago. 

El tirón del universo Hogwarts es tan potente que en la madrugada del jueves hubo gente haciendo cola en la central de La Casa del Libro en Madrid para hacerse con un ejemplar de Harry Potter y el Legado Maldito: la traducción del libreto firmado por Rowling, Jack Thorne y John Tiffany que puede verse desde este verano en el Palace Theatre, en el West End londinense. 

La obra teatral, dirigida por el propio Jack Thorne, presenta a un Harry Potter ya adulto, "convertido en un atareado empleado del Ministerio de Magia, un hombre casado y padre de tres hijos". Su hijo menor, Albus Severus, ha de luchar contra el peso de una herencia familiar de la que nunca ha querido saber nada y que se presentará ante ellos de manera inevitable. 

Sólo en La Casa del Libro, declaraba a agencias el director general de la cadena, Emiliano Ayala,  Harry Potter y el Legado Maldito espera vender más de 20.000 ejemplares de forma "inminente" -10.000 de los cuales ya han sido reservados-. En Amazon, el título ha sido el más vendido de las últimas horas.  

Entre quienes aguardaban en la cola de La Casa del Libro abundaban los jóvenes de entre veinte y treinta años: aquellos que eran niños cuando comenzó la saga y que siguen viendo a sus personajes con fascinación. Incluso J.K. Rowling parece mirar a sus hijos literarios con cariño: la autora cerró la saga de manera definitiva pero se la diría del todo deseosa de matar a la criatura que la ha convertido en una de las mayores fortunas del Reino Unido. Ya son tres -cuatro, si incluimos El legado maldito- los títulos complementarios de la colección firmados por Rowling: Quidditch a través de los tiempos, Los cuentos de Beedle el Bardo y Animales fantásticos y donde encontrarlos, cuya versión cinematográfica -con guión de Rowling- llegará al público el próximo mes de noviembre.