El hotel del Carranza no encuentra pretendiente. "Más de una, más de dos y más de tres empresas" se habían interesado por esta oferta, según aseguró el concejal David Navarro en el Pleno municipal del pasado diciembre. Lo hizo incluso antes de que algunas voces se levantaran criticando que el presupuesto municipal nacía cojo por el descuadre de los 9 millones de euros que se contemplaban en el capítulo de ingresos por esta venta que, a día de hoy, sigue en el aire. Tanto es así, que el equipo de Gobierno llevará al Pleno del próximo viernes la propuesta de prorrogar por un año la subasta del hotel en la tribuna del estadio para intentar cerrar una operación que, caso de no concretarse, provocaría muchos quebraderos de cabeza al Consistorio. David Navarro lo expondrá hoy al resto de grupos municipales en la reunión de la Comisión de Presidencia, en la que comenzarán a preparar la sesión plenaria del mes de septiembre. Es más que probable que la propuesta salga adelante con los votos del resto de partidos políticos, ya que negarse sería igual que bloquear una posible venta, aunque también lo es que este revés a la hora de colocar un espacio de 17.000 metros cuadrados -situados entre la planta tercera y la séptima de la tribuna del Carranza- servirá de arma arrojadiza contra el concejal de Hacienda.

No es la primera vez que la subasta para abrir un hotel en el estadio se queda desierta. De hecho, en 2013 ya se cerró sin ofertas el concurso para la venta de estos locales y, apenas hace unos meses, el 23 de marzo de 2016, se cerró nuevamente el plazo de presentación de ofertas sin que apareciera ninguna. Entonces la Mesa de Contratación acordó que pudiera aplicarse el procedimiento de adjudicación directa en caso de que llegara alguna empresa interesada, algo que no ha ocurrido finalmente.

En un principio se pensó que el estallido de la crisis económica tenía mucho que ver en el desinterés con que las grandes cadenas hoteleras se habían tomado la posibilidad de abrir un nuevo establecimiento en una ciudad con carencia de camas. Sin embargo, en el umbral del año 2017 y con la provincia de Cádiz recobrando sus mejores datos de visitantes, resulta complicado entender como nadie quiere un hotel en un edificio moderno y a dos minutos de la playa Victoria.

Los locales de la tribuna del estadio Carranza se están convirtiendo en una losa para el Ayuntamiento. De hecho, la Zona Franca de Cádiz adelantó el pasado diciembre más de siete millones de euros a las arcas municipales ante el incumplimiento del contrato que obligaba a FCC a presentar una oferta por ellos, aunque en ese contrato no figuraban los 17.000 metros cuadrados reservados para uso terciario, comercial y hostelero.

El equipo de gobierno heredó esta operación de la etapa de Teófila Martínez como alcaldesa y desde su llegada al Consistorio defendió continuar con la venta de estos locales con objeto de recuperar parte de los 38 millones de euros que costó la obra de la nueva grada, cuyo crédito aún se está pagando y que aprieta la garganta de la Concejalía de Hacienda que dirige David Navarro.

Las dificultades para cerrar la venta del hotel contrastan no obstante con el optimismo que tanto Navarro como otros miembros de Por Cádiz Sí Se Puede han mostrado a la hora de hablar de esta operación. El edil de Hacienda llegó a adelantar incluso la existencia de varias empresas interesadas en el hotel, cuyos representantes hasta habría visitado las instalaciones. Lo hizo después de que desde los partidos de la oposición se le acusara de confeccionar un presupuesto con partidas ficticias, principalmente esta del Carranza.

Caso de no concretarse la venta del futuro hotel en los próximos 12 meses y de no llegar esos nueve millones de euros, habrá proyectos contemplados en los presupuestos municipales que se tambalearán.