La Autoridad Portuaria se ha mostrado partidaria de poner su granito de arena para que Costas rescate el ya histórico proyecto de una playa a todo lo largo de la Alameda Apodaca de Cádiz. No es precisamente un granito el que aporta sino que le ofrece al Ministerio de Medio Ambiente 180.000 metros cúbicos de arena para el nacimiento de esta nueva playa para la capital.

Y es que en cuanto acaben los trabajos de asentamiento del suelo de la nueva terminal de contenedores que se está llevando a cabo con el peso que proporcionan las enormes montañas de arena visibles desde buena parte de la Barriada de la Paz, el puerto de Cádiz estará en disposición de cederle esta arena para esa futura playa.

El presidente de la Autoridad Portuaria de la Bahía de Cádiz, José Luis Blanco, ha iniciado ya contactos con la Demarcación de Costas dependiente del Ministerio de Medio Ambiente para ofrecerles esta arena con la que podría resucitar este proyecto ya planteado hace diez años por el entonces diputado y portavoz municipal socialista en el Ayuntamiento de Cádiz, Rafael Román.

La redactora de Diario de Cádiz Ana de Antonio así lo contaba en la edición del 9 de mayo de 2006: "Cádiz contará antes de 2010 con una playa en la Alameda Apodaca" y "En menos de dos años, el litoral de Santa María del Mar tendrá 350 metros más".

Nada de eso se hizo. El proyecto impulsado desde el PSOE quedó en agua de borrajas. Fue el Ayuntamiento de Teófila Martínez el que se encargó de derrumbar el sueño, uno de los sueños, de Román.

Ahora otro histórico socialista, José Luis Blanco, recupera este ambicioso proyecto con el que se quería dotar de una playa que se sumaría a las de La Caleta, Santa María del Mar, Victoria y Cortadura.

Sobre el proyecto de la APBC, se han planteado tres alternativas distintas que darían lugar a tres extensiones distintas. La más ambiciosa de estas tres alternativas contempla la instalación de dos espigones que darían lugar a una playa de unos 750 metros, es decir con una longitud superior a La Caleta. Las otras dos alternativas hablan de uno o dos espigones, respectivamente, que darían lugar a sendas playas pero de menor tamaño.

La más grande iría desde el Baluarte de San Felipe y la plaza de Filipinas hasta el Baluarte de La Candelaria, es decir, a todo lo largo de la Alameda Apodaca.

Allá por 2006 fue el Ayuntamiento de Teófila Martínez el que mostrara su rechazo frontal a esta nueva playa que se ofrecía como un elemento revitalizador para la economía de la ciudad y con vistas a satisfacer nuevas propuestas turísticas para vender la ciudad más allá de sus fronteras.

La superficie que se planteaba, idea que ahora se retoma, proponía unos 25.000 metros cuadrados de playa, con un ancho máximo de 120 metros entre la orilla y la muralla en bajamar, 60 metros de ancho mínimo en pleamar y una longitud de 250 metros.

¿Y por qué esa "graciosa" cesión de la arena? Blanco recuerda que el dique de San Felipe sirve de cierre de la zona portuaria de la ciudad, es decir, el dominio de Blanco llega hasta allí. A partir de ese punto es Costas quien manda y da el sí o el no a cualquier propuesta.

¿Y qué sale ganando el puerto de Cádiz? En teoría, la Autoridad Portuaria se encontraría con un Paseo Pascual Pery a pie de playa, algo que multiplicaría el valor del suelo a la hora de llevarse a cabo la tan ansiada fusión entre el puerto y la ciudad.

Al parecer, el proyecto cuenta, de momento, con el beneplácito de Costas, que cuenta ya en su poder con un informe de impacto ambiental positivo redactado hace nueve años por la empresa Tecnoambiente, aunque de momento apoyaría una primera fase que tan sólo plantea una playa "de pequeñas dimensiones", que se ubicaría en la zona más cercana al botellódromo de San Felipe.