Cádiz

La entreplanta de la finca de la Bella Escondida está en venta

  • Se oferta por 465.000 euros y dispone de 278 metros cuadrados de señoriales estancias, cocina, baño y dos dormitorios.

Una planta del edificio que asciende hacia la enigmática Bella Escondida, en la calle José del Toro, 13 está en venta. Se trata concretamente de la entreplanta exterior, integrada por un total de 278 metros cuadrados entre los que se distribuyen sus señoriales dependencias, un amplio wc y cocina, y una terraza que se encuentra a pie de la torre. El precio asciende, según apunta el portal inmobiliario (idealista) en el que se anuncia, a 465.000 euros, aunque se permite "hacer una contraoferta", figura en la página.

Según indica este mismo anuncio, "a la vivienda le corresponde una terraza en la azotea y puede disfrutar de las zonas comunes del edificio así como de la torre", refiriéndose, lógicamente, a las vistas de esta torre que fue construida para ser contemplada, nada que ver con el fin comercial con que se erigieron el resto de construcciones que perfilan los cielos del centro histórico gaditano.

Y es que la torre propiamente dicha no está en venta, tal y como ha afirmado a este periódico el propietario de la Bella Escondida, Manuel Morales de Jodar, que es otro propietario distinto al del piso anunciado y con el que ha sido imposible contactar.

Como puede verse en las fotos del anuncio inmobiliario, la vivienda que se enmarca en este edificio barroco dispone de varias estancias de estar, dos dormitorios e incluso una escalera de caracol, aparte del amplio baño y la cocina. Un casa con vigas vistas por la que parece no haber transcurrido los años, ya que sigue conservando los encantos de épocas pretéritas. En las imágenes se observa el mobiliario, alfombras, enseres y objetos de valor que colman cada una de las estancias, así como las puertas de caoba en cada uno de sus balcones a la calle o patio interior.

Así, entre los atractivos que envuelven el resto del edificio y la torre que lo corona se encuentra la propia función originaria de la altiva construcción, que según averiguaciones del propietario de la torre, Manuel Morales, señalan que en el primer tercio del siglo XVIII el propietario de este palacete mandó a construir la torre para que fuera admirada por su hija, pues había ingresado en el convento de la calle Feduchy. Se hizo para ser contemplada, en lugar de para contemplar y vigilar la llegada de aquellos barcos procedentes de la India.

Además, se trata de la única torre con planta octogonal de las ciento veintiocho que actualmente existen en Cádiz. Esta construcción en que culmina el edificio es de notable altura y su fachada está profusamente decorada con pinturas de motivos geométricos y azulejos que le dan una tonalidad rojiza de gran vistosidad, además de las columnas y pilastras adosadas y los balcones de sus plantas, que le confieren monumentalidad.

La casa palacio en que se ubica está catalogada en el PGOU con grado de protección 0, que es la máxima en edificios residenciales. Se trata de una casa barroca, a la que se accede por un amplio patio central con galería cerrada por cuatro lados. Un edificio que fue sometido a una reforma sobre el año 1850, donde se realizaron algunos cambios estéticos para adecuarlos a la moda de la época, de estilo isabelino, y que en 2004 fue sometido a una restauración integral -salvo la torre-, conservándose todos los elementos históricos que la acompañaban para no alterar el conjunto.

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