"Lo mejor que le puede pasar a un policía es llegar a casa después de salvar la vida de una persona". La máxima de Esteban Vilar, un subinspector de la Policía Local de Cádiz, quien, junto a su compañero David, evitó el ahogamiento de un hombre de 47 años el pasado martes en la playa Victoria, cobra especial trascendencia cuando se toma consciencia que a veces la delgada línea que separa la vida de la muerte apenas si se extiende más allá de un par de minutos. Ayer, junto a su superior, el intendente Pablo Rey, habló con este diario y relató cómo vivió esos momentos dramáticos en los que la vida de un bañista estuvo en sus manos. "Estábamos haciendo una ronda a eso de las tres y media de la tarde cuando vimos algo raro a la altura de la calle Brasil. Nos fuimos acercando y ya cuando llegábamos vimos a una mujer pidiendo ayuda agitando los brazos en el mar y junto a ella un hombre boca abajo que ya no daba señales de estar consciente. Rápidamente nos metimos en el agua sin tiempo siquiera para desprendernos de los móviles, la ropa o las pistolas. Llegamos hasta donde esta persona se estaba ahogando y conseguimos darle la vuelta y atraerlo hacia nosotros".

Esteban recuerda que el varón, nacido en el año 1968 era muy corpulento, "debía pesar como 140 kilos" y asegura que resultó fundamental "que aunque a lo justo pero hiciéramos pie, porque en caso de que hubiera estado ya más adentro nos hubiera sido muy difícil mantener a flote a una persona tan pesada".

Con sumo esfuerzo, junto a su compañero David -con el que ayer no pudimos contactar porque se quedó sin móvil en la operación de rescate- logró darle la vuelta y ponerlo boca arriba, llevando al hombre hacia la orilla, donde, ya con la ayuda del personal de salvamento, que fue alertado por uno de los agentes antes de introducirse también en el agua, lograron sacarlo. Ya en tierra resultaron claves las maniobras de reanimación. "Le hicimos tres compresiones torácicas y a la tercera expulsó ya el primer vómito de agua de mar y recobró la conciencia".

Pablo Rey también comentó que cada año la Policía Local de Cádiz organiza cursos para que sus agentes sepan como actuar en situaciones de peligro como la que se vivió el martes en la Playa Victoria. "Y esto se ha demostrado que es clave, porque si no llega a ser por la celeridad con la que nuestros agentes actuaron es muy probable que ese hombre hoy estuviera muerto".

Tras ser estabilizado, ya en la ambulancia que lo trasladaba al hospital Puerta del Mar, el hombre manifestó que el accidente se produjo cuando, a consecuencia de un escalón, perdió pie, dejando de tocar el fondo, lo que le provocó desorientación entrando finalmente en un estado de pánico que casi le cuesta la vida.

En el lugar de los hechos se encontraban familiares de la víctima, que vive en Cádiz, su hermano y su cuñada, que resultó ser la persona que se aproximó inicialmente en su ayuda. Ambos mostraron a los agentes su agradecimiento tanto por la rapidez en la ejecución como por el resultado de la intervención.