Las urnas concedieron a Fran González y su partido un papel tan ingrato como complicado. Un año después de las elecciones, el portavoz socialista habla sobre el estado de la ciudad y sobre el futuro.

–¿Qué le diría Fran González a quienes le acusan de ser corresponsable de las políticas del equipo de gobierno al que ayudó a investir?

–Pues les diría, literalmente, que no tuvimos otro remedio. El Partido Socialista estuvo en una situación en la que tenía que elegir entre lo malo y lo peor, y en aquel momento no podíamos permitir que el PP y Teófila Martínez siguieran gobernando después de 20 años. Desgraciadamente, un año después estamos viendo que José María González no está cumpliendo, no sólo con las expectativas en el cómputo general, sino con los compromisos que se alcanzaron.

–¿Habla usted de las promesas electorales o de aquellos compromisos a los que llegó con el PSOE en Puntales?

–Pues las dos cosas, porque un año después podemos ver que su discurso de investidura fue como la carta a los Reyes Magos, ya que no ha cumplido nada de aquello que él mismo se impuso.

–Volvamos a aquellos días de 2015. ¿Cómo los recuerda? ¿Noches sin dormir, ansiedad, tensión? 

–Fueron momentos muy duros, no sólo para mí, sino para toda la gente que me rodeaba. No dio tiempo de reponernos de unos resultados muy duros y comprometidos para el PSOE cuando esa misma noche recayó sobre nosotros la responsabilidad de mantener a Teófila Martínez al frente del Ayuntamiento o, por contra, apoyar un cambio, un cambio que para nosotros no tenía garantías, como desgraciadamente se está comprobando. 

–Personalmente, ¿llegó a sentirse amenazado?

–Viví situaciones muy complicadas, que rozaron una presión para la que uno no estaba preparado. Hubo personas, en general, que traspasaron determinados límites y desgraciadamente estamos viendo como esa situación de tensión no ha disminuido en la ciudad, sino que parece que se está polarizando más, no digo ya en mi figura, sino en general.

–¿Cree que este equipo de gobierno está capacitado para gestionar el destino de Cádiz hasta 2019? Porque va a ser hasta 2019, ¿no?

–No contemplamos otra opción porque lo contrario sería la vuelta del PP y no tenemos ninguna sensación de que el PP sea capaz de centrar su discurso. En cuanto a la preparación del equipo de gobierno, yo siempre digo que la falta de experiencia, de formación, se puede recuperar pero siempre que uno esté libre de prejuicios. El problema es que este equipo de gobierno los tiene y muchos, empezando por su alcalde, que está más preocupado en buscar polémicas que le otorguen espacio mediático que otra cosa, pero detrás de esa envoltura lo que se esconde es el vacío.

–¿Está diciendo entonces que no hay un plan, un modelo de ciudad?

–Así es, no lo hay. Sólo hay que ver el desaguisado que están montando con el mapa de servicios. Estamos asistiendo a un proyecto político carente de un modelo y que sólo muestra una oposición reaccionaria, pero no estamos viendo esa parte de crear algo distinto.

–¿Cree que si el PSOE hubiera logrado un pacto legislativo en vez de un apoyo puntual a la investidura la ciudad estaría ahora mejor?

–La formación de José María González, Podemos, tuvo en su mano haber podido llegar a un entendimiento con el PSOE a nivel estatal, con el objetivo de que el PP no siguiera gobernando, y siempre ha habido trampas y dificultades en esas negociaciones. En el caso de Cádiz creemos que todo lo que pone sobre la mesa José María González y su partido tiene una letra pequeña. El 11 de junio en Puntales, en una reunión tensa, estuvimos tratando medidas muy concretas que prometieron que realizarían y que siguen dilatando en el tiempo. El PSOE ha tenido que convocar plenos de vivienda, presentar medidas extraordinarias en materia de empleo, y se han aprobado de manera unánime la mayoría, pero a día de hoy no las cumplen. Entonces, la sensación que tenemos es que no son personas de cumplir los acuerdos. Y en política, como en la vida misma, los acuerdos hay que cumplirlos.

–Pero explíqueme, ¿cómo se puede aprobar algo en un Pleno y luego no llevarlo a efecto? ¿No hay ningún mecanismo que vigile esto y lo sancione de alguna manera?

–Todo esto lo que esconde es una profunda falta de respeto a las instituciones. El problema es que se han situado en una zona de confort que es generar y desviar la atención para otras cosas, así que no podemos hacerle un seguimiento a lo que se aprueba. Se comprometieron a modificar los estatutos de empresas municipales y organismos para que la participación de la oposición y los ciudadanos fuera más efectiva, y está todo parado. Se plantearon modificaciones en el reglamento orgánico para que los plenos tuvieran una mayor efectividad, y también está parado... incluso hay otros municipios con mayor transparencia ya que Cádiz.

–¿Y qué cree que opina el alcalde del líder del PSOE en Cádiz? ¿Cree que igual piensa que si le apoyara un poco más sería más fácil gobernar esta ciudad?

–Quiero pensar que eso es un discurso posiblemente preparado por alguno de los asesores que tiene, pero espero que llegue a un poco más que todo esto. Entiendo que pretendan justificar esa incapacidad para gestionar culpando a un tercero, ya sea a los medios de comunicación, a la oposición... en fin... yo ya he dicho que tengo que jugar el papel que tengo que jugar. Ya dijimos que el papel que nos han situado los ciudadanos es el de hacer oposición. Si el PP es incapaz de hacer oposición, ellos sabrán, ese espacio de relax en el que han entrado los populares no sé si es fruto del desconcierto o de que tienen muy poco que ofrecer tras esos 20 años de gobierno. Pero el PSOE está obligado a hacer oposición, todo lo demás hubiera sido ser un acompañamiento del equipo de gobierno. El problema es que lo que debería preguntarse es ¿qué no está haciendo, qué es lo que no está cumpliendo, por qué siguen habiendo cortes de agua y de luz, por qué siguen habiendo desahucios? Plantearon prestaciones en servicios sociales y siguen como estaban cuando se marchó el PP. Hasta nos recuerda a Teófila Martínez cuando arroja la pelota a otras instituciones, sacudiéndose responsabilidades. 

–Durante este año, ¿en algún momento han tenido tiempo en el PSOE de hacer autocrítica?

–No sólo la hemos hecho, sino que seguimos haciéndola. Una de las mayores autocríticas que tiene que hacer el PSOE es que no ha sabido explicar a los ciudadanos las políticas que hemos puesto a su servicio. Sin duda, que el PSOE no haya liderado ese cambio ha sido un fracaso que asumo en primera persona, y en ese ejercicio de autocrítica estamos. 

–Personalmente, ¿se ve encabezando la lista del Partido Socialista a la Alcaldía de Cádiz en 2019?

–Si algo me ha enseñado el bagaje de la campaña electoral es que uno tiene que estar centrado en el día a día. Cuando llegue el momento se valorará todo en las estructuras propias del partido y evidentemente por encima de todo estarán las decisiones personales de cada uno. A mí me ha tocado este papel, lo estoy defendiendo, hay que poner cordura en lo que está pasando el Ayuntamiento, pero no dejo de ser un instrumento más de mi partido.

–Con el reparto de concejales que hay en la Corporación, ¿el Ayuntamiento de Cádiz es gobernable? ¿Es posible que haya un mínimo entendimiento o nos quedan tres años de polémicas y enfrentamientos?

–El otro día leí una frase achacable a Allende que decía que la revolución verdadera es la construcción. Creo profundamente que hay que transformar en virtud cualquier circunstancia de la vida. En el Ayuntamiento la situación de fragmentación política existente, que algunos han querido casi equiparar a una segunda transición, invita a una reflexión profunda de la necesidad de acuerdos permanentes. Ese entendimiento tiene que estar liderado por el alcalde y cuando lo que hace es jugar al pirómano pues es complicado. No puede ser que hayan tenido al PSOE dos meses hablando de unos presupuestos y el último día aparezcan ocho millones y medio como si fueran un conejo de una chistera. 

–¿Está notando el aumento de la crispación en la ciudad?

–Se ha establecido un clamor entre los que defienden a ultranza al equipo de gobierno y los que dicen que la situación del Ayuntamiento no puede seguir así. Por lo tanto, se está polarizando la sociedad entre quienes los apoyan y quienes no los apoyan. Creo que todos estamos obligados a dejar de tensionar la situación, pero insisto, se tiene un plus para ser alcalde y también para liderar el entendimiento entre las formaciones políticas. Este equipo de gobierno está obligado a intentar bajar un poquito ese grado de crispación.

–Se comentaba antes de las elecciones que Cádiz iba a ser un poco el laboratorio de Podemos y estamos viendo que no se iba muy desencaminado.

–Aunque eso sea una realidad, creo que Cádiz nunca ha estado para experimentos. Tenemos que olvidarnos de esto y empezar a tomar decisiones que sean seguras. Hay que buscar acuerdos, que todos pongan su granito de arena y lo hemos dicho siempre, tendemos la mano, como siempre lo ha hecho el PSOE, estamos dispuestos a contribuir, estamos mostrándoles el catálogo de iniciativas que traíamos en nuestro programa, y lo que queremos es que se centren en los problemas y busquen soluciones.

–¿Estos tres años que quedan de legislatura piensa que van a ser igual de complicados?

–Yo quiero pensar en un escenario de responsabilidad y buscar soluciones. Espero que José María González entienda que tiene que cambiar muchas cosas, pero nosotros tenemos mucha desconfianza, porque ese contexto se ha salpimentado hasta con insultos a los miembros del Partido Socialista. Yo me he encontrado a militantes que se han dejado la vida por el partido y que se han sentido muy dolidos por manifestaciones del alcalde o del propio Pablo Iglesias, cuando dijo lo de la cal viva. En ese sentido, se pueden reafirmar los peores de nuestros presagios, de que a veces destilan más odio que un compromiso de entendimiento.

–¿Qué espera el PSOE de Cádiz de las elecciones generales?

–Pues poner nuestro granito de arena para que Pedro Sánchez sea presidente del Gobierno. Podemos ha provocado unas nuevas elecciones, una frustración en los ciudadanos grande y que Rajoy siga en el Gobierno. Cuando se habla de pérdida de derechos y servicios, eso se podría haber parado habiendo apoyado a Pedro Sánchez como presidente, sin embargo, desde Podemos están más a juegos de encuestas, que lo único que demuestran es que no están interesados en cambiar nada. Esa es la foto fija de esta situación que el PSOE está llamado a combatir siendo el partido de la alternativa.