Ayuntamiento

El Pleno vuelve a saltar por los aires

  • La sesión estuvo interrumpida algo más de una hora por una sucesión de reproches del público a los ediles

La política municipal, al igual que sucede a nivel nacional, se encuentra embarrada y casi sin propósito de enmienda. La crispación ha subido muchos enteros en los últimos tiempos, lo que también tiene su reflejo en la ciudadanía. La sucesión de convocatorias de elecciones provoca que vivamos instalados en una permanente campaña electoral. Hay que vender el mensaje y cualquier tema es motivo de una bronca, lo que llega a causar una cierta sensación de desazón. En este camino, hay caldos de cultivo que pueden volverse en contra cuando se pasa de la oposición al Gobierno. La situación social hace que con una chispa todo pueda saltar por los aires.

Lo que pasó ayer en el Ayuntamiento no es nuevo. Lo que se había acentuado en los últimos coletazos del Gobierno de Teófila Martínez no se ha conseguido atenuar con la llegada de José María González al frente de San Juan de Dios. El Pleno, que desde hace algunos años se ha convertido en lugar de contestación contra los políticos, sigue siendo un foco que atrae las protestas por las emergencias que existen en la ciudad.

La sesión plenaria del mes de mayo se vio interrumpida durante más de una hora por una concatenación de hechos que hicieron imposible que el debate se pudiera desarrollar con total normalidad. Los gritos, los insultos y los reproches protagonizados por los integrantes de la plataforma de parados obligaron a que el alcalde, José María González, pidiera el desalojo del Salón de Plenos hasta que los ánimos no se tranquilizaran. Una interrupción que tuvo lugar poco antes de las 17.30 horas, recuperándose la actividad a las 18.45 horas.

Antes de la suspensión, el Pleno se desarrolló por los cauces habituales. Ya en el primer tramo hubo una pequeña interrupción de un grupo de mujeres que denunciaron, como hace un mes, su situación de exclusión social como víctimas de violencia machista.

Posteriormente, el debate se avivó con la moción del equipo de Gobierno para la presentación de una querella criminal en el Juzgado de Cádiz contra los crímenes del franquismo. Durante su intervención, el concejal del PP Juan José Ortiz recibió algunos gritos de "fascista" por parte de una persona del público. Aun así, y con los reproches esperados entre las partes, el punto se aprobó.

Ya avanzada la sesión, la moción que hizo que la tensión se disparara fue una presentada por el Grupo Municipal Popular para pedirle al alcalde que pidiera disculpas por las declaraciones que efectuó en una entrevista publicada por un medio de comunicación escrito de la ciudad sobre Arnaldo Otegi.

Fue el propio Juan José Ortiz el que ejerció la defensa de esta propuesta por parte del PP. En su discurso, en el que recordó las acciones efectuadas por la banda terrorista ETA, Ortiz se enfrentó directamente a una persona del público que le estaba realizando una serie de reproches. El edil popular le decía una y otra vez "ríase" mientras que elevaba el tono de voz e intercalaba sus ideas.

El alcalde se dirigió al concejal para pedirle que se tranquilizara, lo que hizo que al final saltara la exalcaldesa gaditana, Teófila Martínez, para solicitarle que mantuviera el orden. "Está permitiendo que se insulte", le apuntaba Martínez a González mientras que la situación se recrudecía.

La trifulca entre el regidor y el principal grupo de la oposición se mantuvo hasta que González admitió que lo que estaba sucediendo se excedía de lo que debía ser un debate político y advirtió que iba a tener que expulsar del Salón de Plenos a las personas que interrumpieran a los concejales.

Esto, sin embargo, no acalló a los miembros de la plataforma de desempleados que se manifiestan diariamente en San Juan de Dios y ya han protagonizado encierros tanto en la Casa Consistorial como en el Edificio Amaya. "Nos va a tener que expulsar", le espetó uno de sus integrantes. Desde aquí, todo se le escapó de las manos.

El primer edil ordenó el desalojo por parte de la Policía Local de la persona que alimentó este fuego, pero esto provocó que las llamas se extendieran y más personas siguieran con los reproches. Entre ellas estuvo Lorenzo Jiménez, conocido activista, que tomó el protagonismo con varias referencias a los agentes municipales. Entre ellas, el desalojo de otra persona que se había producido anteriormente.

Al final, cuando todo ya se había desbordado y era casi imposible de reconducir, González no tuvo más remedio que dirigirse a Lorenzo y pedirle a los agentes municipales que lo sacaran del Salón de Plenos, a lo que éste se negó y provocó que se decretara la suspensión momentánea de la sesión.

A duras penas, se consiguió que el público abandonara este lugar. Incluso, la trifulca se reprodujo en el pasillo de la zona noble del Consistorio, llegándose a encarar un par de personas del colectivo de desempleados con uno de los asesores de Alcaldía al grito de "intelectual de mierda".

Ya en la calle, los problemas se reprodujeron tras invitarse a los miembros de la plataforma a que abandonaran el Ayuntamiento, con algunas carreras en su exterior y algunos gritos contra la Policía Local.

Una vez recuperada la calma, y con el colectivo de parados en la calle y sin poder volver al Consistorio, el Pleno se reanudó en torno a las 18.45 horas. Visiblemente afectado por lo que había sucedido, la sesión se reactivó con unas palabras del alcalde dirigidas a intentar garantizar "la serenidad" en el debate.

La reanudación se produjo en el punto en el que se suspendió, pero el tono no tenía nada que ver con el utilizado anteriormente. Ignacio Romaní, como portavoz del PP, pidió al primer edil que "para aclarar y despejar dudas" mostrara su rechazo al terrorismo. El guante lo recogió González Santos al afirmar que "este alcalde está en contra de la violencia y el terrorismo". Una aseveración que le sirvió al PP para retirar esta propuesta y que hizo el Pleno recuperara la normalidad.

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