Cádiz

Diez de pescao

  • Paseo por una decena de frituras de la provincia de Cádiz que merecen una parada.

Sí, ya lo sé, no están todas. Cada uno, al leer este reportaje, dirá que falta alguna: Que si la morena en adobo, que si unas castañitas fritas, que unos salmonetitos, que si los chocos fritos enteros, que si el mero empanao, que si la brótola, las ortiguillas, los camarones del porreo… pero un paseo con más de diez paradas era mucho pasear. Hacemos un recorrido por diez frituras de la provincia que rozan la perfección, pescados jugosos por dentro y "cucurruitos" por fuera, platos de esos que se empiezan a comer y uno no para hasta que el plato está más limpio que las columnas de la Capilla Sixtina.

1. La morralla de El Dique. Sanlúcar

El pescado de morralla es el que no quiere nadie. En El Dique, un original freidor situado en el camino que va hacia la zona de La Jara, le dan su sitio y, sobre todo, lo fríen espectacularmente bien. Un plato de morralla es una sorpresa porque cada día te pueden tocar especies diferentes. Pueden caer joyas como las mojarras, brecas, rubios o roncaores. La media ración sale a 5 euros.

Carretera de La Jara, 2 

2. La dorada de La Taberna de El Puerto. Puerto Real

Da lo mismo que te la pidas de estero como salvaje, la tienen de las dos. Las cortan a tajaítas, más bien gorditas y perfectas de fritura. Pescado jugoso por dentro y crujientito por fuera. En el expositor que tienen en el interior puedes escoger la pieza que desees. Suelen tener también robalos, lenguados y otros sibaritas del mar.  El kilo de dorada de estero sale a 24 euros y la salvaje a 32. 

Ribera del Muelle, 42

3. El cazón en adobo de la freiduría Las Flores. Cádiz

Un gran clásico pero que sigue estando muy bueno. Mantienen la misma fórmula desde hace muchos años y logran una capa gruesa de fritura que resulta muy agradable. Es de los que se nota el adobo, nada de moderación y las tajás llevan hueso, nada de comodismos y adobo anihuésico. El cuarto, que es la unidad de freidor por excelencia, sale a 3,60 euros.  A veces tienen también caballa en adobo.

Plaza de Las Flores y calle Brasil

4. Los boquerones en adobo del Echaté Payá. El Puerto

Vienen abiertos por la mitad y con un crujientito que hace que te los comas sin parar hasta que el plato se queda vacío. Servidos en comodito, sin espinas y sin cabeza. Punto de adobo muy agradable. La tapa sale a 2,70 euros. 

Ribera del Marisco s/n

5. Las puntillitas de La Marea de Marcos. Jerez

Qué producto tan bueno y que difícil de encontrarlo perfecto. En La Marea de Marcos lo logran, puntillitas de las de verdad, nada de esas que encogen más que un chubasquero chungo. Las suelen comprar en Sanlúcar. Luego fritura primorosa, de las de aceite limpio. Los bigotitos son pecado mortal. La media ración sale a 8 euros.

Calle San Miguel, 3 

6. El pargo frito de Francisco La Fontanilla. Conil

Lleva de regalo, si te lo comes en la terraza, las vistas a la playa. Viene en taquitos, sin espinas y de los de dos bocaos. Espectacularmente jugoso por dentro y doradito por fuera, como si llevara media semana puesto al sol. La media ración se cotiza a 6,60 euros. 

Playa de La Fontanilla

7. Los calamares con su tinta de El Duque. El Puerto

Una de las frituras más originales de la provincia. Curiosamente la ponen en Medina. Son calamares, habitualmente de potera, los más apreciados ya que se cogen con anzuelo, y que se fríen a rodajas pero sin quitarles la tinta con lo que quedan ennegrecíos. Serían como una versión, en calamares, de la comparsa de Antonio Martín 'Voces Negras'. Si te entran ganas de repetir, no es que estés enfermo... a mí también me ha pasado. La ración sale a 15 euros. 

Avenida del Mar número 10

8. Las pavías de Paco Ceballos. El Puerto

Grandes, gigantescas. Son como el portaviones de la fritura. Trozos de merluza, sin espinas que se rebozan en una mezcla de harina y agua con gas a la que habría que ponerle un monumento en medio del parque Calderón. Hasta el cocinero Angel León les ha rendido ya público homenaje… aparte de jamarse alguna de vez en cuando. La tapa sale a 2,50 en la barra y 2,80 en la terraza. 

Ribera del Marisco s/n

9. La Gallineta del Cortijo Guadacorte. Los Barrios

Otro pobre, otro pescado de esos que nunca sacan los pescadores en las fotos cuando los cogen. Es un pescado regordete, de buen color. Es muy utilizado para darle sabor a los caldos, pero frito es para siete minutos de ovación, como si fuera Plácido Domingo.

En este restaurante lo sirven entero o en mitades, a tajaítas, pero con su ventresca y hasta su cabeza. Fritura primorosa. Imprescindible comérselo con los deos.  El precio de la ración varía según el peso, pero suele estar en torno a los 12 euros.

Calle Los Canarios s/n (Guadacorte)

10. La temblaera de Casa Perico. Sanlúcar

La temblaera es un tipo de raya. Aquí se puede poner guisada y también frita. La tapa de fritura es casi un estudio anatómico del animal.Te ponen un trozo de la zona con más carne, otra de la zona más fina, más cucurruíta y, además la suele llevar un premio y es un trozo de sus higaditos, también fritos, una explosión de sabor. 

La tapa sale a dos euros. Tienen también otro tesoro de la fritura de 'segunda B', los tapaculos, la prima pobre de las acedías de Sanlucar, pero que bien fritas son dignas de enamoramiento.

Calle Salvador Gallardo, 27

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