Primer Carnaval con el segundo puente en funcionamiento. Vía directa hacia el casco histórico de la ciudad, lugar donde se concentra toda la bulla de la fiesta con permiso de la Gran Cabalgata que se celebró en la tarde de ayer. Salvo el día de la inauguración, la de ayer fue la primera gran prueba de fuego para esta infraestructura que se inauguró en el pasado mes de septiembre.

Y ocurrió lo que se preveía y es que a partir de media mañana el segundo puente se encontraba totalmente atascado porque miles de vehículos trataban de acceder a la ciudad, por lo que el tráfico llegaba hasta la altura de la planta de Dragados Offshore.

En Cádiz no cabía ni un alfiler y mucho menos tantos vehículos. El problema es que llegaban tantos que no había manera de absorberlos, ni siquiera con los aparcamientos subterráneos. Alrededor de las tres de la tarde de ayer el Ayuntamiento de Cádiz enviaba una nota de prensa a los medios de comunicación en la que avisaban que todos los parkings del casco histórico se encontraban repletos y que sólo quedaban algunas plazas en el de Loreto con Marconi y en el de la Glorieta de la Zona Franca. Con ello trataban de avisar a los que todavía intentaban llegar al meollo de la fiesta que se abstuvieran de intentarlo en coche porque no iban a encontrar aparcamiento salvo milagro. Y es que también hay que tener en cuenta que el primer domingo es un día sensible en cuanto a poder aparcar ya que se pierden todas las plazas de la avenida desde la Glorieta Ingeniero La Cierva por la cabalgata e igualmente queda inutilizada la carretera industrial para el estacionamiento de los autobuses.

Una cosa lleva a la otra. Si el segundo puente estaba hasta arriba de tráfico, la llegada tradicional a la ciudad por la avenida principal seguía teniendo mucho tráfico, como es lo habitual en un Domingo de Carnaval, pero en ningún caso llegaba a las enormes colas que se daban otros años. Eso sí, muchos de los que accedían a la ciudad no se arriesgaban a estar mucho tiempo metido en el coche y si podían dejarlo en Cortadura o a la altura de la Laguna, lo hacía y se bajaban al casco histórico en transporte público o andando.

El domingo le ganó al sábado en lo que se refiere a la afluencia de autobuses con visitantes. Si en la noche del sábado no fue necesario utilizar el patio del colegio San Felipe Neri para que pudieran estar aparcados hasta que recogieran a sus viajeros, en el día de ayer si hubo que hacerlo. También en la avenida Fernández Ladreda se acumularon los autobuses uno detrás de otro a la espera de cargar a su clientes. Había decenas desde distintos puntos de Andalucía, muchos llegados desde la provincia de Sevilla y también de Granada y Córdoba.

Una vez que los aparcamientos escaseaban, los conductores empezaron a buscarse la vida y aparcaron allá por donde podían, en muchas zonas prohibidas, encima de los bordillos e incluso en alguna que otra plaza. Ayer, salvo casos donde se molestaba la salida de garajes, hubo vista gorda para muchos.

Algunos también aprovecharon la avalancha de coches y se dedicaron a ejercer de gorrillas en algunas zonas, sobre todo en la explanada que ha quedado junto a la futura estación de autobuses y la plaza de Sevilla.

En lo que se refiere a los autobuses, se reforzaron las líneas urbanas y también las interurbanas, aunque en algunos casos hubo reclamaciones de algunos usuarios. Por ejemplo, un grupo de personas que estaban esperando tras la cabalgata el autobús para ir a Puerto Real mostraron su queja después de llevar más de dos horas en la parada del Bar Stop y no pasara ninguno, mientras que veían que llegaban muchos para ir a San Fernando.

Para la jornada de hoy se espera una menor afluencia de vehículos a la capital gaditana al ser laboral en todo el entorno, aunque igualmente estará operativo el plan de tráfico.