Patrimonio

El cuarto del olvido

  • La Policía Local almacena en la Jefatura los objetos perdidos que se localizan en la ciudad. Pasados dos años, se devuelven, destruyen o donan.

Un jersey olvidado en un tren camino de Cádiz. Un patinete localizado en un plazoleta. Un teléfono móvil, muchos teléfonos móviles, que caen en la calle en un descuido y que aguardan hoy en un cajón. Unas llaves, muchas llaves que cuelgan de un gran panel... Cualquier objeto que un día se perdió de las manos de cualquier persona espera en un cuarto de la Jefatura de la Policía Local que se produzca el reencuentro. Pero la mayoría de las veces no pasa eso, activándose entonces el protocolo que marcan las normas para dar salida a esa cantidad de objetos perdidos que llegan a la Policía Local.

Una de las responsables de este área, encuadrada dentro de la oficina de Atención al Ciudadano de la Policía, explica que a sus manos llega "desde lo más insignificante a lo más caro", llevado por ciudadanos que lo encuentran en la calle o bien por los propios policías. "La gente es muy honrada", comenta esta agente policial, que recuerda casos recientes como un ciudadano que entregó 4.000 euros que encontró en la calle o una joven que depositó una pulsera valorada en 6.000 euros. Son ejemplos de la honradez de la ciudadanía, que no duda en llevar esas pertenencias a Comisaría para intentar localizar a su legítimo propietario.

Esa es precisamente la primera misión de esta unidad responsable de los objetos perdidos: localizar al propietario. Para ellos, los policías recurren a todo tipo de opciones: comprobar la documentación, en caso de carteras o billeteras; intentar acceder al móvil para localizar contactos de la agenda a quien llamar para informar de la pérdida del dispositivo, misión casi imposible actualmente con la proliferación de claves para acceder a la pantalla de los teléfonos. En una ocasión, se depositó en la Comisaría una cámara fotografía de altas prestaciones, y tras encederla y visionar las fotografías, "vimos que era de gente del Carnaval y le preguntamos a un compañero que está muy metido en la fiesta y resultó ser un amigo suyo, al que pudimos localizar y devolverle la cámara que había perdido días antes".

Otra vía para intentar localizar los propietarios de las cosas que se pierden en la ciudad es el tablón de anuncios del Ayuntamiento, donde se publica todo lo que aparece en Comisaría.

¿Y qué pasa si por ninguna de estas opciones la Policía logra encontrar al propietario de cada objeto? Dos años es el tiempo que debe transcurrir desde que la Policía Local publica la localización de cualquier objeto hasta que se inicia el nuevo protocolo de actuación. Pasado este tiempo, varias son las opciones a las que se pueden recurrir.

Para ello, es necesario que la Junta de Gobierno Local decrete -como hizo recientemente- la "Relación de objetos que se encuentran en las dependencias de la Policía Local y que serán donados o destruidos por no haber sido posible la localización de sus propietarios".

La primera opción a la que se recurre es entregar el objeto perdido a la persona que lo localizó en su día. Según la normativa, si pasados los dos años de rigor nadie reclama el objeto, éste pasa a propiedad de la persona que lo encontró en su día. Así que el primer paso es comunicarlo a esa persona, enviándole un oficio por el que se le dan quince días para contestar. De este caso se excluyen las llaves y la documentación, que automáticamente pasan a destruirse (en el caso de las llaves) o enviarse a la entidad que las emitió (para los documentos).

Si no se produce respuesta por parte del interesado, o si éste renuncia al bien que en su día localizó y entregó a la Policía, se abren otras tres posibilidades últimas para todos esos objetos. La primera es entregarlos a asociaciones y ONGs con las que la Policía Local trabaja de manera periódica. Principalmente, a estas entidades irían a parar las prendas de ropa, carros de bebé que en alguna ocasión aparecen y otros objetos de ese tipo.

La segunda opción, curiosamente, está en el propio Ayuntamiento. Y es que el área municipal de Patrimonio puede hacerse con aquellos bienes que se consideren de valor. A este destinatario suelen ir a parar las cantidades económicas en metálicos o las joyas, principalmente, que pasados los dos años no son reclamadas y que tampoco vuelven a manos de quienes las encontraron.

Por último, se plantea la opción de la destrucción, que es el proceso que se sigue siempre con las llaves y la documentación y a lo que también se recurre en aquellos casos en los que el objeto que se perdió está en bastante mal estado o tiene poca utilidad para terceros.

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