José María González, alcalde de Cádiz, reconoció ayer que desde el Ayuntamiento "no compartimos esa política", en referencia al protocolo de actuación utilizado para el desalojo de las pertenencias el pasado jueves de un grupo de personas sin hogar que pernocta en los bajos del Balneario de la Palma, en la playa de La Caleta.

González respondió ayer que "hay que revertir el concepto que hemos tenido en los últimos veinte años de seguridad ciudadana", una clara alusión a que el comportamiento de la Policía Local, que aprovechó que los sin techo no se encontraban en ese momento para deshacerse de todos sus enseres, no ha gustado en San Juan de Dios.

Los afectados, un grupo de seis personas que duerme en los bajos del Balneario, se han quedado con lo puesto, hasta el punto de perder su documentación. Ayer explicaron que desde la semana pasada distintos grupos de cuatro o cinco agentes de la Policía Local llegaban a primera hora de la mañana y les informaban de buenos modos y con respeto que había que hacer limpieza de la zona.

Ellos argumentan que siempre han colaborado con los servicios de limpieza desalojando cualquier resto de basura. Cada mañana suben al paseo sus enseres mientras se baldean los accesos a la playa y, una vez concluidas las tareas por los trabajadores de mantenimiento, vuelven a bajar sus pertenencias. Las dejan ordenadas y apiladas y se marchan al comedor social de María Arteaga.

La mañana del jueves el despertar por parte de los agentes fue de peor humor, según relataron algunos de los afectados. Repitieron la rutina de cada día, pero se encontraron a la vuelta con la sorpresa de que no quedaba nada de sus enseres. Ropa, documentación, objetos que algunos vendían en el baratillo para buscarse la vida, carros, mantas, lo que queda de toda una vida a cuestas. Nadie les había informado de que sus cosas ya no podían estar allí.

La tarde del mismo jueves mostraron su indignación en el comedor social donde les ofrecen la cena, Virgen de Valvanuz. A última hora Protección Civil les facilitó mantas, mientras que ayer un voluntario les entregó sacos de dormir.

El alcalde gaditano no justificó ayer la actuación de la Policía Local. Al contrario, argumentó que no es el modelo de seguridad ciudadana que busca, se trata de "dinámicas distintas, pequeños conceptos que hay que cambiar y ajustar".

Esta misma semana la institución municipal ya se llevó otro cariñito del alcalde cuando presentó la policía de barrio y marcó distancias con el afán recaudatorio exhibido por las fuerzas del orden local en anteriores legislaturas, según José María González. Aquellas declaraciones le valió para recibir reproches del Partido Popular, mientras que la actuación del jueves de la Policía Local, unida a la polémica por la cesión del palco municipal del teatro Falla a colectivos de personas desfavorecidas, también ha espoleado las críticas de todos los partidos de la oposición.

La recuperación de las pertenencias desalojadas de la playa era ayer una incertidumbre. El alcalde manifestó que se acompañaría a estas personas para que pudieran recogerlas y que ya se les había informado de dónde se encontraban. A la misma hora que González realizaba estas afirmaciones en dependencias municipales, algunos de los afectados confirmaban que no conocían el paradero de sus cosas. Habían hablado con los servicios de limpieza de la playa y estos les habían informado de que la cuba donde va a parar la basura se vaciaba a diario. Desconocían por tanto si podrían recuperarlas y nadie del Ayuntamiento o Policía Local los había buscado para devolverles nada.

La concejala Eva Tubío también se refirió ayer a este tema y explicó la necesidad de diferenciar a las personas sin hogar y a las que vienen con motivo del carnaval e intentan hospedarse en la playa. Una diferencia que no supieron vislumbrar los agentes, de modo que se llevaron todo lo que encontraron. Tubío insistió en que se informó a los afectados sobre cómo recuperar sus enseres.