Cádiz

Educatio Servanda se hace cargo del colegio La Palma

  • El centro cambiará de nombre y pasará a llamarse Juan Pablo II y María Milagrosa

La Compañía de las Hijas de la Caridad ha transmitido a la Fundación Educatio Servanda en Cádiz la titularidad y, con ello, la gestión educativa del colegio María Milagrosa, más conocido como La Palma.

Una de las novedades que conllevará este cambio de gestión es que el centro pasará a llamarse Juan Pablo II y María Milagrosa, porque esta institución religiosa cuenta con varias escuelas en diferentes puntos de España denominadas Colegios Juan Pablo II.

La transmisión de la Compañía de las Hijas de la Caridad a la Fundación Educatio Servanda se explica en las necesidades que está pasando la primera institución "como la mayoría de las congregaciones y órdenes religiosas masculinas y femeninas en España y en Europa. La Compañía de las Hijas de la Caridad se halla inmersa en un proceso de reestructuración. Dentro de este proceso se ven obligadas al redimensionamiento de sus obras y a la transmisión de algunas de ellas a instituciones que puedan seguir adelante con la labor que las Hijas de la Caridad han realizado hasta ahora", explican desde Educatio Servanda Cádiz.

Antes de tomar una decisión que califican como "difícil", ambas entidades han trabajado con detenimiento sobre varios puntos que consideran esenciales y que han sido determinantes para llevar a cabo la transmisión de la gestión.

Así, Educatio Servanda se considera "una Fundación reconocida como católica, por lo que se garantiza la continuidad del ideario católico del centro que ha tenido siempre con las Hijas de la Caridad".

Además, la Fundación Educatio Servanda afirma que va a asumir la totalidad de los puestos de trabajo que conforman el claustro y el personal de servicios del colegio, un punto también esencial para las Hijas de la Caridad.

La institución que se hará cargo del colegio La Palma señala que "no pertenece a ningún movimiento concreto ni realidad eclesiástica definida. Nace por la iniciativa de un grupo de familias cristianas que, procedentes de diferentes ámbitos sociales, y preocupadas por la situación educativa, deciden trabajar conjuntamente para edificar un modelo educativo propio".

Por último, afirman que asumen "con esperanza y con humildad el difícil reto y la responsabilidad de continuar la labor que las Hijas de la Caridad han venido desempeñando a lo largo de todos estos años en nuestra ciudad".

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