Una "gaditana por el mundo". Así se define Clara del Río García, emprendedora en muchos aspectos de la vida que, desde su actual puesto de trabajo en Panamá, ha querido hacer realidad un sueño: montar un proyecto propio de comercio electrónico y, de paso, demostrar que con ilusión y arrojo todo se puede conseguir.

Con Etiqueta tu vino, empresa dedicada a la personalización de un producto de por sí tan personal como éste "queremos que beberlo sea algo aún más increíble", afirma Del Río. Para lograrlo la gaditana, junto a sus dos socios Héctor González y Bersio Enrich, apuesta por la diferenciación. "El cliente que entre en nuestra web -www.etiquetatuvino.com- podrá personalizar la etiqueta de su vino favorito como quiera, ya sea con la imagen de un momento especial que le ha marcado su vida o con la foto o el mensaje que en ese instante le hace feliz a él o a la persona a quien se lo va a regalar".

Singularidad y diferenciación en el continente y, ante todo, calidad en el contenido. "Hemos recorrido España buscando las bodegas (vignerons) que más cariño, mimo y detalle ponen en la elaboración de sus vinos. De esta fusión y nuestro amor por el producto nace Etiqueta tu vino", relata Del Río, una idea que ha sabido ver en el auge del sector la oportunidad para ofrecer una experiencia distinta para un producto global. "El vino es tendencia en España y gran parte del mundo -asegura-. Visitando bodegas de Cádiz, Ribera del Duero o La Rioja nos comentaban que ya el 75 por ciento de su producción empieza a irse al extranjero, principalmente al Reino Unido, Alemania y Asia. En Panamá esta tendencia está empezando a crecer también y en Centroamérica, donde no se bebía mucho vino, se están abriendo las primeras vinotecas con vino español. Nuestra intención en los próximos meses es abrir la empresa al mercado europeo y, más adelante, al resto", además de "incluir en el catálogo los vinos de Cádiz, de los mejores del mundo". Del Río cuenta al respecto que "hemos ido a bodegas de El Puerto, Sanlúcar, Vejer y Jerez y estamos en conversaciones con una cuyo proceso de elaboración nos enamoró. Además de las bodegas que todos conocemos existen otras más pequeñas con caldos de una calidad espectacular".

Trotamundos incansable, esta joven gaditana asegura que "viajar nos hace crecer, aprender de otras culturas te abre muchísimo la mente porque comienzas a relativizar y valorar muchas cosas, cómo se vive y trabaja desde partes diferentes del mundo. Cuando decidimos lanzar Etiqueta tu Vino, yo trabajaba en una multinacional en Barcelona. Tras meses de trabajo, me propusieron venirme a trabajar a Panamá. Ya teníamos el proyecto en marcha y estábamos muy motivados con él, por lo que decidí seguir aunque fuese desde la otra parte del mundo". Esto le ha supuesto a Del Río "muchos madrugones mucho antes de entrar en la empresa española en la que trabajo aquí y pasar noches y fines de semana haciendo conferencias con mis socios y dedicándole mucho cariño. Necesitas mucho compromiso y sacrificio, pero cuando amas lo que haces, no te importa nada", explica.

Enamorada de su tierra, echa de menos por otra parte "los paseos con mi madre por la playa de Cádiz, los cartuchos de camarones, el cazón en adobo, las puestas de sol, la sonrisa y alegría de los gaditanos… Cuando estás fuera sólo se ve lo positivo de tu tierra", afirma. Y ¿volver? "Hace muchos años que tuve que salir fuera para trabajar de lo mío, pero estaría enormemente feliz de regresar con mi propia empresa".

Porque Clara del Río rompe los tópicos del gaditano indolente y temerosos del cambio. "Hay que seguir luchando, no parar de innovar e intentarlo No hay que aceptar un no por respuesta porque si piensas que puedes hacerlo, hazlo porque puedes", dice.

Desde tan lejos, "me preocupa la corrupción y el engaño que hay en mi país, que tengamos tantos jóvenes con tanto talento parados y teniendo que emigrar. En Cádiz necesitamos que empresas grandes y multinacionales fijen su sede aquí. Cádiz tiene un puerto privilegiado en una zona privilegiada, era uno de los puntos mercantiles más importantes del mundo y, seguramente, sea uno de los mejores lugares del mundo para vivir. Estoy convencida de que volverá a renacer. ¿Por qué Barcelona sí y Cádiz no?", se pregunta esta empresaria.

Del Río se enfrenta ahora, quizá, al viaje definitivo de su vida. "He descubierto la gran ciencia y mundo que hay detrás del vino, que es cultura, arte, salud, amor y alegrías. Un buen vino no es necesariamente el más caro sino el que más te gusta", concluye.