Cádiz

"Un empresario tiene que acostarse sabiendo con qué se va a levantar"

  • Los empresarios de la provincia observan con atención qué saldrá de las urnas el próximo 20-D

La comparecencia de Sánchez Rojas en la Casa Pemán despertó un enorme interés. A primera hora de la mañana, la sala acondicionada para la charla del presidente de los empresarios estaba abarrotada y Sánchez Rojas pidió que las preguntas de los asistentes no fueran muy complicadas, atendiendo a que muchos aún no habían desayunado. Pero las preguntas fueron muy directas y Sánchez Rojas no las eludió, incluso alguna política que le animaba a mojarse. Y se mojó. Cuando se le inquirió acerca de la posibilidad, según las encuestas remota, de que Podemos gobernara, admitió que "no me asusta, pero me inquieta". Y explicó el por qué. "Los empresarios somos conservadores no en lo ideológico, sino en el marco legal. Nos gusta acostarnos sabiendo con qué nos vamos a levantar". En ese sentido, se mostró en cierto modo aliviado por que los dos grandes partidos estén recuperando el pulso. Los conocen, saben de lo que van. "Va a haber cambios y confío en la regeneración de las dos grandes marcas. En ese sentido, Ciudadanos y Podemos han contribuido para que esos cambios se puedan producir".

Como ejemplo de esa inquietud por la seguridad jurídica puso a Cataluña, de donde se han ido más de 600 empresas. "Yo me solidarizo con las empresas que no se han podido ir porque están arraigadas al terreno y viven en la inquietud de en qué marco tendrán que desenvolverse".

En otra pregunta se rebeló contra las etiquetas. La que más daño hace a la provincia es la de la conflictividad. "Desde hace años no hay conflictos en esta provincia. Se firman 130 convenios al año y, en la mayor parte de los casos, hay sintonía con los sindicatos. Cádiz ya no es una provincia conflictiva, sin embargo el conflicto salta rápido a los medios de comunicación, pero nos cuesta un mundo que se promocionen nuestras playas y nuestras potencialidades. El problema de la conflictividad no está en la conflictividad, sino en la imagen que se nos ha quedado".

También pidió de las inspecciones de trabajo una mayor ecuanimidad con las empresas emergidas, las legales, frente a la impunidad de muchas empresas sumergidas. "No pedimos más inspección, que ya hay mucha, que hay empresarios que aseguran que les visitan casi cada quince días, lo que pedimos es una mejor inspección y que no se fiscalice siempre a los mismos".

La reforma laboral y su visión acerca de ella fue otro de los temas que se abordó. Sánchez Rojas se mostró convencido de que la reforma laboral había conseguido parar una sangría, que en cierto modo ha evitado un "todos muertos". Reconoció que había supuesto una devaluación de los salarios, pero que no se olvidara que también había existido una salvaje devaluación de los beneficios e insistió en que el empresario tiene que poder sostenerse para mantener o crear empleo. Algo así como un no disparen al pianista. Incluso se mostró contrario a las subvenciones generalizadas a las empresas rememorando algún caso concreto, como las ayudas de Reindus: "·La subvención nos lastra cuando alguien, quizá de fuera, viene con intereses aviesos. Ese fraude concreto nos hace mal a todos y hace daño al territorio". Reducciones fiscales, según él, son más eficientes que las subvenciones.

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